Un resultado suele arrojar varias lecturas y sensaciones. Sobre todo cuando se trata de un empate. A veces puede quedar el sabor de que, si bien no se pudo ganar, se hizo todo para lograrlo. Entonces, el paladar futbolístico queda con un gustito lindo. Pero en otras ocurre todo lo contrario. Nada sale como lo plantean las ideas y el punto termina cerrando una actuación pobre, deshilachada y timorata. Eso ocurrió anoche con Central. El equipo del Flaco Menotti jugó uno de sus peores partidos en lo que va del torneo y apenas empató (de los últimos tres encuentros sólo sumó dos unidades). Preocupa porque fue ante su gente, en el Gigante y frente a un Chacarita que venía de ser goleado y finalmente se retiró con la frente alta.
Las ideas de Central parecieron quedar en el vestuario. Y si ingresaron al campo de juego, fueron arrebatadas desde el inicio por la lucha y la velocidad que le impuso el equipo funebrero. El planteo que propuso Pastoriza fue simple y concreto: meter presión en la mitad de la cancha, robarle la pelota al equipo del Flaco y a partir de ahí generar peligro. Y lo logró en una gran parte del primer tiempo, porque el Burrito Rivero por derecha sacó la bandera de la dinámica y sus compañeros lo imitaron.
Así, Central parecía desorientado. Marcelo Quinteros y Cristián Pino no funcionaron por sus sectores, Daniel Quinteros daba la impresión de llegar siempre a destiempo, De Bruno alternaba más malas que buenas y, arriba, Figueroa y Mandra se debatían en la inoperancia. Si apenas se pudo contabilizar una llegada clara de Central en ese período (cabezazo de Mandra que se fue alto) contra varias del equipo funebrero, que no terminaron en gol por la tibieza en las definiciones y la correcta tarea del Rifle Castellano.
La actitud de este Central versión Apertura fue distinta en el complemento. Los ingresos de Arriola (por De Bruno) y Delgado (por Mandra) le dieron otra tónica al equipo. Pero tampoco alcanzó para enderezar el rumbo. Porque al ímpetu le faltó precisión y este factor es fundamental para que las jugadas que empiezan bien elaboradas terminen en gol.
La expulsión de Rosada y Pino dejó la sensación de que Central iba a ser el beneficiado. Nada de eso ocurrió. Porque Rivero se tiró del centro a la izquierda y su labor se agrandó, mientras que Papa, que pasó como carrilero por izquierda, tuvo actitud y coraje pero no desequilibrio y sorpresa.
Es cierto que pudo festejar el canalla cuando Arriola se lo perdió solo, de cabeza a los 75', pero también lo es que cada ataque de los de Pastoriza despertaba la angustia del gol en los hinchas locales.
Finalmente terminó en empate. En uno quedará la sensación de que fue un punto valioso. En el otro, el local, el sabor será amargo, el que arroja 90 minutos de fútbol sin fútbol.
Síntesis
Central 0: Castellano 6, Ferrari 5, Talamonti 5, D. Díaz 6, Papa 5, M. Quinteros 4 (71' Gvo. B. Schelotto -), D. Quinteros 5, Pino 4, De Bruno 4 (46' Arriola 5), Mandra 4 (46' C. Delgado 5), Figueroa 4.
Suplentes: Manchado y Sánchez. Técnico: C. Menotti.
Chacarita 0: Navarro Montoya 6, Furios 6, Gamboa 6, Pena 5, S. Romero 6, Rivero 8, Rosada 5, E. Pedernera 5, M. Delgado 6 (71' Di Paolo -), Román Díaz 6, Torales 6.
Suplentes: Santillo, Arce, Avila y Cela Ruggieri. Técnico: J. Pastoriza \Cancha: Gigante. Arbitro: Luis Bongianino 5. Goles: No hubo. Expulsados: 60' Pino (RC) y Rosada (Ch). Amonestados: Talamonti, Ferrari, Mandra, Castellano y Díaz (RC); Furios, Romero, Rivero, Pedernera, Torales y Navarro Montoya (Ch) \