Naciones Unidas. - Los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad acordaron ayer por unanimidad dar un ultimátum a Irak para que permita a los inspectores de las Naciones Unidas regresar al país. Según declaraciones del ministro de Asuntos Exteriores británico, Jack Straw, los cinco países (Francia, Reino Unido, China, Rusia y EEUU) acordaron establecer un plazo limitado para que Saddam Hussein permita el regreso de los funcionarios que inspeccionan sus fábricas y programas de armamento, expulsados en 1998. "Hay una completa unanimidad sobre la obligación de que vuelvan a Irak los inspectores de armamento y sobre la violación flagrante por parte de Saddam Hussein de una serie de resoluciones del Consejo de Seguridad respecto a las armas de destrucción masiva", señaló Straw. Respecto a la duración de este plazo, según Straw no se ha fijado, pero fuentes diplomáticas indicaron que podría oscilar entre los 30 y 60 días. Horas antes, el presidente George W. Bush había dejado en claro que esperaba que el organismo mundial emitiera una resolución sobre Irak en cuestión de días o semanas. "Debemos tener una fecha límite en días y semanas, no en meses o años. Es esencial para la seguridad del mundo", declaró Bush en Nueva York, al margen de la Asamblea General de la ONU. Pero Irak no da indicios de ceder en su posición. Ayer el régimen de Bagdad había rechazado el regreso incondicional de los inspectores de armas, lo que fue señalado por la Casa Blanca como un indicio de que Bagdad "tiene algo que ocultar" y acercó el fantasma de otra Guerra del Golfo. El viceprimer ministro iraquí, Tareq Aziz, aumentó la tensión en la creciente crisis internacional al rechazar el retorno incondicional de los inspectores, como exige Washington, alegando que la medida no impediría una acción militar estadounidense contra Bagdad. En una entrevista con la estación MBC de la televisión satelital árabe, Aziz consideró que "el regreso sin condiciones de los inspectores no solucionará el problema porque hemos tenido una mala experiencia con ellos". "¿Es inteligente repetir una experiencia que ha fracasado y que no evitó una agresión?", se preguntó Aziz. El portavoz de la Casa Blanca, Ari Fleischer, dijo que la negativa iraquí a permitir el retorno incondicional de los inspectores es una evidencia de que Bagdad "tiene algo que ocultar". Los inspectores de armas de la ONU, responsables de examinar las armas nucleares, químicas, biológicas y convencionales, se retiraron de Irak en diciembre de 1998 en vísperas de bombardeos conjuntos estadounidenses y británicos, y desde entonces no se les ha permitido regresar. Bush dijo el jueves ante la Asamblea General que una acción contra Irak sería inevitable a menos que la ONU obligue a Bagdad a eliminar las armas de exterminio masivo. Ayer, el presidente dijo que no se sentía optimista de que se obtengan resultados. "Tengo muchas dudas de que él (Saddam) cumplirá nuestras exigencias", dijo. Los precios mundiales del petróleo en tanto aumentaron drásticamente ayer por temores de que la renuencia expresada por Aziz aumente la posibilidad de un ataque militar contra Irak. El mercado teme que un conflicto pueda desbordarse sobre otros países de la región del golfo Pérsico, que produce una cuarta parte de los suministros de petróleo del mundo. Hubo urgencia en el tono de Bush sobre la necesidad de una nueva y enérgica resolución requiriendo a Irak desarmarse. Bush acudió a las Naciones Unidas bajo presión de dirigentes extranjeros y miembros del Congreso, en lo que Washington vio como una victoria para Powell y su enfoque multilateralista sobre los asesores de línea dura del presidente. Pero Bush y sus asesores enfatizaron ayer que EEUU está dispuesto a actuar sólo si las Naciones Unidas no lo hacen. "Espero que la comunidad mundial sepa que hablamos extremadamente en serio y esperamos una pronta solución del asunto, y eso es comenzando con una acción rápida acerca de una resolución", dijo Bush. Numerosos aliados potenciales que han advertido de las consecuencias negativas de una acción unilateral recibieron con agrado la aparente disposición de Bush a mantener la presión diplomática por el momento. La Unión Europea elogió a Bush por acudir a las Naciones Unidas, e instó a Bagdad a obedecer las resoluciones En cambio en Alemania, durante décadas un firme aliado de EEUU, el canciller federal Gerhard Schroeder ha revivido sus posibilidades de una reelección en poco más de una semana explotando la popular oposición a una guerra. Asimismo, el ministro de Relaciones Exteriores ruso, Igor Ivanov, quien asistió a una reunión de la Unión Europea sobre Irak, también se mostró "hostil a una acción militar". (Reuters, DPA y AFP)
| |