Lejos de detenerse, la ola de secuestros se incrementa día a día en el país. Ayer fueron denunciados seis raptos de diferentes características, cinco de ellos en Buenos Aires y uno en Neuquén. Las víctimas fueron un futbolista de Banfield y su amigo, una nena de 14 años, un chico de 10, un empresario y un senador, quienes tras distintas alternativas fueron liberados.
El futbolista de Banfield Jorge Cervera y un amigo que lo acompañaba fueron secuestrados en la madrugada de ayer por un grupo de delincuentes, pero fueron rescatados ilesos en Lanús, tras un tiroteo entre policías y captores. En tanto, el empresario Horacio Sáenz, de 57 años, quien se dedica al comercio exterior, fue secuestrado por dos hombres armados cuando anteayer cerca de las 21 guardaba su auto en la cochera de su casa en la localidad platense de City Bell y fue liberado tras el pago de un rescate de 5 mil pesos.
También un niño de 10 años que salía de la escuela en un barrio del partido bonaerense de San Martín fue raptado por dos delincuentes, aunque a las pocas cuadras fue liberado sano y salvo cuando sus captores se asustaron al ver un patrullero.
Otro caso fue el de Sergio Gallia, senador neuquino del PJ, quien fue asaltado en su casa, maniatado y amordazado junto con sus dos hijos pequeños.
Extraño caso
El caso más raro fue el de una adolescente de 14 años, quien fue secuestrada a dos cuadras de su casa de Isidro Casanova, partido de La Matanza, por dos hombres que la introdujeron en un automóvil, le vendaron los ojos y la llevaron a un lugar en el que le extrajeron sangre de un brazo y luego la llevaron hasta el shopping Abasto, donde le ordenaron que entrara.
El hecho ocurrió anteayer a plena luz del día, cuando la adolescente se dirigía a su escuela y fue sorprendida por los delincuentes. Uno de los hombres obligó a la escolar a que subiera al rodado en donde le vendaron los ojos y la maniataron. Así la llevaron hasta un departamento donde le extrajeron sangre de un brazo. Luego, uno de ellos dijo que esa sangre "no servía" para sus fines. Los captores se comunicaron por teléfono con los padres de la chica y les dijeron que cerca de las 15 la iban a dejar en las cercanías del shopping Abasto, adonde la llevaron.
Cervera quiere emigrar
El futbolista Jorge Cervera y un amigo suyo fueron liberados ilesos por la policía, tras un violento tiroteo en el partido de Lanús, donde se detuvo a dos personas. Según se indicó, durante el enfrentamiento dos de los efectivos recibieron disparos en el cuerpo pero salvaron milagrosamente sus vidas porque llevaban puesto chalecos antibalas. Tras el hecho, Cervera expresó su deseo de emigrar del país debido a la ola de inseguridad, tal como lo hicieron los ex futbolistas de Boca Juniors Juan Román Riquelme y de River Plate Eduardo Coudet.
Los secuestradores habían solicitado inicialmente 5.000 dólares de rescate pero luego bajaron sus pretensiones a 4.000 pesos. El hecho se produjo pocos minutos después de la medianoche del domingo, cuando el futbolista, de 27 años, se encontraba a bordo de su automóvil Peugeot 205, junto con un amigo y sus respectivas parejas, en Lomas de Zamora.
En ese momento aparecieron seis delincuentes fuertemente armados en dos vehículos -un Ford Escort y un Honda Civic, ambos grises- e interceptaron al jugador y las otras tres personas. En principio se trató de un robo común, pero cuando los delincuentes reconocieron a Cervera como jugador de Banfield lo llevaron junto a su amigo, identificado por la policía como Pablo Adrián Tarifa, de 32 años. "Me hicieron bajar en una estación de servicio, llamar a mi casa y pedir plata", dijo el jugador.
"Me exigieron 5.000 dólares de rescate -contó- pero les dije que no tenía esa plata, que no la se las podía dar, pero que iba a hacer lo posible para conseguirles algo. Después me dijeron que querían 4.000 pesos para irse y dejarme tranquilo".
Pero los delincuentes fueron vistos por un móvil de la comisaría 10ª de Lanús, en el que iban dos efectivos, quienes advirtieron la actitud sospechosa y dieron la voz de alto. Los vehículos se dieron a la fuga, hasta que los policías lograron interceptarlos y se inició una persecución con un tiroteo.
Finalmente, en inmediaciones de la villa conocida como El Ceibo, el Honda se quedó sin motor, por lo que sus ocupantes decidieron seguir la fuga a pie, cubriendo la retirada con disparos.
Entonces se intensificó el tiroteo a tal punto que se escucharon más de cincuenta estampidos de bala, dos de las cuales impactaron en el pecho de dos policías, quienes salvaron por milagro sus vidas. El patrullero, en tanto, recibió diez impactos.
Los efectivos lograron detener a los dos delincuentes que iban en el Honda, mientras que sus cómplices optaron por liberar sanos y salvos a Cervera y Tarifa, sin llegar a cobrar rescate alguno, y se refugiaron en la villa, llevándose pertenencias robadas a las víctimas.
Recuerdos del horror
"Fue terrible", dijo el jugador. Y su amigo Tarifa contó: "Jorge salió corriendo mientras yo me quedé en el auto, tirado en el piso debajo del asiento, ya que pensé que si salía la policía me pegaba un tiro".
También contó que uno de los delincuentes que lo secuestró lo reconoció como integrante del plantel de Banfield y le pidió que le regalara una camiseta del equipo. "Uno solo me reconoció y ahí empezó a pedirme una camiseta. Yo trataba de tranquilizarlo, le pedía que nos tomáramos todo con calma, que le iba a dar una solución pero que no me lastimara", relató.