El locutor del grupo de Walter Olmos, Marcelo Reynoso, dijo que el sábado pasado el cantante "venía de Palomar, de la casa de la novia" cuando arribó al hotel donde se disparó y afirmó que "llegó como siempre. Tenía mucha adrenalina, agite...".
"Llegó minutos antes al hotel, alrededor de las 20. Venía de Palomar, de la casa de la novia", indicó Reynoso, quien presenció el fatal desenlace. "Walter me habló por teléfono para saber a qué hora salíamos a los bailes y cuántos teníamos, eran tres. Cuando ingresó en la habitación estábamos ultimando detalles. Llegó como siempre. Tenía mucha adrenalina, agite...", describió y dijo que en la habitación estaba "con los músicos Carlos Ponce, Javier Narváez, y el sonidista Juan López, que venía por primera vez".
Según su narración, el músico llegó al hotel con el arma y "se puso a manipularla frente a nosotros, pero siempre haciendo ver que no tenía el cargador". Después de unos minutos y de una charla sobre el nuevo CD que estaba previsto comenzar a grabarse el 16 de este mes, los integrantes del grupo y Walter bajaron al restaurante para cenar. Al finalizar la comida, el cantante y algunos músicos subieron nuevamente a la habitación, aunque Reynoso se quedó en el hall del hotel a la espera de la trafic que los traslada a los bailes.
"Cuando volví a la habitación -continuó relatando-, abro la puerta, él me apunta... ahí dispara y escucho un click. Después me pidió un número de teléfono, él se acostó en la cama como para agarrar el tubo para hablar, y cuando lo miro para dictárselo el sonrió, se apuntó el arma a la sien y se disparó. No pudimos hacer nada. Aparte no era la primera vez que se ponía el revólver en la cabeza".
El locutor agregó que "desde que llegó al hotel, todos le quisimos quitar el arma pero era un chico que si le insistías mucho se enojaba". Y reiteró que no hubo ruleta rusa sino que fue un accidente.
Extrañas contradicciones
Según fuentes judiciales, Walter Olmos llevaba un arma de fuego por temor a la inseguridad, aunque en el momento en que la manipulaba creyó que estaba descargada. De cualquier forma, el juez de instrucción Mariano Bergés citará a prestar declaración testimonial al dueño de la pistola. Además, Bergés aguarda el resultado de pericias toxicológicas para determinar si había drogas en el cuerpo del cuartetero.
Pero en la investigación judicial se estableció que "antes de dispararse en la cabeza, el cuartetero Walter Olmos no disparó contra sus músicos tal como se había asegurado". Esto contrasta con las afirmaciones de los miembros de su banda.
Javier Narváez, uno de los músicos del grupo del bailantero, había asegurado anteayer que Olmos "estuvo todo el día jugando con la pistola, apuntando y gatillando" el arma a sus compañeros y aseguró que se trató de un "juego fatal", ya que "en ningún momento pensó en suicidarse".
Por su parte, el empresario José Luis Gozalo, representante artístico del cantante cuartetero, insistió ayer en que el cantante "disfrutaba del éxito, tenía cosas de muy chico, y su muerte fue un juego".
"No tengo nada que ver con esto, yo estoy tranquilo porque sólo me encargaba de conseguirle trabajo y si bien le daba consejos, no me metía en su vida privada", manifestó al deslindar responsabilidades sobre la muerte del cantante. Es que Gozalo -quien también fue representante del ya fallecido Rodrigo- fue acusado de no haber protegido y asesorado al joven bailantero.
Las fuentes judiciales relataron también que Bergés ordenó a la comisaría 8ª de la Policía Federal que le tome declaración testimonial a la novia del cantante, llamada Vanessa, quien protagonizó una serie de incidentes con la madre del cantante. (Télam)