Hernán Maglione / La Capital
"¿Quién va a hablar?", preguntó una señora en la puerta de la sala Mateo Booz, intrigada ante la multitud. Pero la respuesta parecía confundirla aún más. "¿Alberto? ¿No es Adolfo?", insistió. Para el adolfismo no había dudas: Alberto Rodríguez Saá, ex senador y hermano del fugaz presidente, estuvo en Rosario para preparar el terreno de cara al "cabildo abierto" de mujeres del Movimiento Nacional y Popular previsto para el próximo sábado, esta vez sí, con Adolfo como centro gravitacional. Desde un escenario sobriamente despoblado, Alberto Rodríguez Saá habló en nombre de "el Adolfo" para ofrecer cada detalle del plan de gobierno previsto en caso de que su hermano llegue al poder. "Tenemos que refundar el movimiento nacional y popular. Esto es conectar la brújula para que los argentinos podamos caminar con una orientación". En mangas de camisa y frente a un auditorio heterogéneo, Rodríguez Saá en todo momento apuntó a la creación de una nueva Argentina, la cual está basada en pilares sustentados sobre un piso concreto: los derechos de la ciudadanía, entre los que enumeró la dignidad, la igualdad, libertad, independencia, educación. Pero añadió que "hay uno nuevo: el derecho al progreso. Ese es el derecho del Estado y de cada ciudadano del mundo. Y es el que nos va a servir como uno de los pilares de la nueva república". Tampoco pasó por alto las proclamas de su hermano y la falta de apoyos que lo llevaron a renunciar a la Presidencia de la Nación. "La clase política no nos permite pensar en la deuda externa. Hablemos de la deuda externa, como lo hizo Adolfo Rodríguez Saá. ¿Cómo puede ser que estuvo siete días en el gobierno, se fue y ahora está primero en las encuestas?", se preguntó, ante el cerrado aplauso del adolfismo que colmó las instalaciones de Mateo Booz. Y se respondió: "Estamos transitando el camino de la independencia. Entre todos tenemos que decidir qué vamos a hacer con la deuda. Pagaremos solamente lo que es legítimo, y esto no puede demorarse más de una generación, unos diez o doce años, capitalizarnos y acceder al primer mundo". "No somos más de lo mismo, queremos otras cosas", se diferenció, para destacar que "el pedido para que se vayan todos viene de gente que no se siente representada. Hay que hacer algo sencillo y revolucionario: crear un estado que nos contenga a todos. Parece utópico, pero esa es nuestra brújula". "La casa nueva tiene que cobijar a todos los argentinos. La única palabra que necesitamos es trabajo. Basta de subsidios, de politiqueros que se quedan con la plata", apuntó ante una nueva ovación que llegaba con cada vez más facilidad. "Los planes Trabajar son una fábrica de ñoquis", sostuvo, para asestar: "Muchachos, dejémonos de joder. Primero es el trabajo, porque estamos al borde de una guerra civil". Para el final quedaron las preguntas de la gente, a las que Rodríguez Saá respondió con habilidad y contundencia, lo que dejó no pocas caras sonrientes entre el auditorio.
| |