Independiente, con matices lujosos en su funcionamiento, humilló anoche a Colón con una goleada por 7-1, en Avellaneda, y se convirtió, al menos hasta esta noche, en el único puntero del torneo Apertura. Independiente, aunque tuvo pasajes vistosos de juego, fue un equipo práctico, que demolió a Colón en el primer tiempo por su efectividad para ejecutarlo en las tres situaciones que generó. La primera de ellas, ocurrida a los 14 minutos, devino de un centro con dirección al arco conectado por Serrizuela desde la derecha que el uruguayo Delgado desvió en el primer palo e introdujo en su propio arco. Ese gol, muy similar al que Franco le convirtió a Vélez la semana anterior, le quitó presión al equipo de Gallego y le facilitó el camino para vencer a un rival de creciente desorientación en el sector defensivo a medida que avanzaba el reloj. Y además cambió abruptamente el rumbo de un partido que había comenzado favorable a la visita, con un planteo en campo rival y una clara opción a los 7 minutos que el goleador César Carignano no supo resolver, tras eliminar al arquero Albil. Pero Colón, con la desventaja, perdió el control táctico, quedó expuesto en cada uno de los tantos pelotazos precisos a cargo de Serrizuela y no pudo evitar que Montenegro encabezara la sociedad del buen pie junto con Insúa, Guiñazú y, por momentos, Silvera. Cuatro minutos después, Montenegro convirtió el segundo con un derechazo de media distancia que Irigoytía, adelantado, amortiguó con sus manos sin evitar que se le metiera. Los santafesinos insinuaron una reacción y estuvieron a tiro del descuento pero el travesaño se lo negó a Delgado en un violento disparo de tiro libre. Y para que el desconsuelo sabalero fuera mayor, Silvera, poco antes del descanso, selló el tercero en la primera gran jugada colectiva del equipo de Gallego. Colón no quiso bajar la guardia pero Independiente, en el arranque del complemento, volvió a burlarlo al tomarlo nuevamente mal parado en defensa y Ríos, con tres dedos de derecha por encima de Irigoytía, aseguró la goleada. En ese instante se terminó el partido. Independiente mantuvo la actitud ambiciosa y tenaz en busca del arco rival, mientras que su rival pedía clemencia ya sin ofrecer resistencia. Entre lujos, el rojo armó varias acciones colectivas para aplaudir y tres de ellas fueron coronadas por Silvera (2) y el ingresado Rivas en la red. El descuento de Romagnoli, en la parte final del partido, pasó inadvertido en un estadio desbordante de euforia por el paso arrollador de un Independiente cada vez más firme candidato al título.
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