La versión se conoció en la trastienda del día posterior al clásico: Zamora habría puesto a disposición del presidente Eduardo López la renuncia al cargo y éste la habría rechazado de plano. Los que hicieron circular la especie afirmaron que habría sido una formalidad pero que el técnico se sintió en la obligación moral de hacerlo porque perdió un partido muy importante, que además significó cortar el botín de guerra de los hinchas leprosos, que era los 22 años sin que Central venciera en el Coloso. Sin embargo, ayer tanto el entrenador como el presidente rojinegro negaron rotundamente la veracidad del rumor. Si bien el técnico había dejado una puerta abierta al decir que "lo que conversamos queda entre el presidente y yo", López fue contundente al afirmar que "no hubo nada de eso. Jamás se habló de renuncia, además el equipo viene muy bien en el torneo y seguimos ahí nomás de la punta".
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