Una actitud inocente ante la vida, la falta de pretensiones artísticas y la capacidad para olvidar todo lo que había aprendido como actriz y dejarse llevar por la realidad componen la fórmula que Dolores Fonzi puso en práctica al encarnar a Dorotea, su personaje en "Caja negra". "No construí un personaje desde la actuación y mucho menos un personaje que permaneciera igual en todas las escenas. Toda la película fue como un momento de creación, pero desde la inocencia pura, sin ninguna pretensión y sólo estando presente, atenta a las reacciones de los demás. Nunca antes había trabajado como en «Caja negra», porque fue como tener conciencia de ser una actriz profesional, pero a la vez olvidarlo y dejarme llevar por la realidad", agregó.
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