La crisis que azota a la salud pública repercute de manera descarnada en el Centro Unico de Ablación e Implante de Organos (Cudaio) que mes a mes ve reducidos sus ingresos. "Estamos mal pero vamos a estar peor", pronosticó el director provincial del organismo, Carlos López Candioti, quien anunció que "en poco tiempo más sólo se va a poder implantar a los pacientes que dispongan de grandes recursos". El funcionario brindó este drástico panorama en momentos en que un bebé de 9 meses, de Venado Tuerto, espera con urgencia un hígado mientras permanece internado en un hospital porteño. El caso fue declarado de emergencia nacional (ver aparte).
Las ablaciones en Rosario disminuyeron notablemente y la mayoría de las que se practican en la provincia se llevan a cabo en la ciudad de Santa Fe.
Pero la crisis en el Cudaio es aún más grave. "Todavía estamos en condiciones de hacer trasplantes pero, hoy por hoy, cada una de esas cirugías conlleva una injusticia", dijo López Candioti y a renglón seguido pronosticó que en poco tiempo más "sólo se van a trasplantar los que tengan recursos".
El funcionario destacó que "el Pami ya no paga nada", y apuntó que "la deuda que mantiene la obra social de los jubilados con el Cudaio es incalculable". López Candioti comentó que días atrás los contadores del Centro fueron a Buenos Aires a reclamar a las autoridades de Pami por el pago de las facturas atrasadas y después de recorrer 20 oficinas no hubo ni un solo peso.
Cada trasplante que se le practica a un jubilado tiene un costo que es absorbido por el gobierno santafesino y no hay recupero de esos fondos. Actualmente las obras sociales están pagando al Cudaio el 65 por ciento de sus deudas. "Si todas las instituciones saldaran sus rojos con el Cudaio, este centro no le costaría nada al Estado provincial", añadió.
El director del Cudaio admitió que "el ex ministro de Salud, Carlos Parola, y el gobernador Carlos Reutemann tenían una enorme preocupación" por los problemas que afronta el organismo y afirmó que "no se sabe qué inventar para recuperar dinero".
Hoy en día para realizar un operativo multiorgánico es preciso disponer de por lo menos 2.300 pesos y si la ablación incluye al hígado el monto se duplica. A eso deben agregarse los costos del traslado. A la hora de ejemplificar López Candioti dijo que "el traslado de un hígado de Buenos Aires a Formosa en avión cuesta cerca de 20 mil pesos".
Como si estos números no fueran suficientes para causar escozor, el médico agregó que un implante en el Hospital Italiano de Buenos Aires o en la Fundación Favaloro cuesta cerca de 90 mil dólares. "¿Y además quién paga el tratamiento después del implante?", se preguntó el funcionario. Trascartón indicó que el paciente al que se le practicó un trasplante de hígado debe recibir medicamentos que cuestan unos 2 mil pesos mensuales.
"No estamos en condiciones de soportar eso", subrayó antes de advertir que la mayoría de la población tampoco tiene dinero suficiente para afrontar semejantes erogaciones mensuales. Por eso, y de manera descarnada, apuntó que "son pocos los que tienen posibilidades de recibir el trasplante, la medicación necesaria y sobrevivir en este país que está peor que si hubiera vivido en guerra".
López Candioti señaló que los medicamentos que dispone el Cudaio muchas veces van a parar a personas que no son los implantados. Por ejemplo, los inmunosupresores en reiteradas oportunidades tienen que ser entregados a pacientes que presentan otras patologías y no a los trasplantados.
De mal en peor
El Cudaio logró completar en los primeros siete meses del 2002 apenas 35 operativos y debió suspender 146. La negativa familiar es una de las principales causas por la que se cancelan las procuraciones, a punto tal que esto se repitió en 143 casos. "La mayoría de las veces, los allegados no aceptan la muerte de un ser querido, y se aferran a un milagro" explicó el coordinador de trasplantes de Santa Fe, Pablo Maidana. Otras veces aparecen razones legales por las que debe ser suspendido el operativo.
Entre enero y fin de julio de 2002 se procuraron en la provincia 5 corazones, 29 riñones, 5 hígados, 66 córneas y 11 corazones para válvulas. Desde el Cudaio señalaron que hay una evidente baja en la obtención de órganos en Rosario en comparación con años anteriores. A modo de ejemplo, sólo uno de los cinco corazones fue ablacionado en la ciudad.
"No sabemos a qué se debe la baja en la procuración pero es evidente que la crisis en la salud tiene que ver", afirmó el subdirector del Cudaio, Armando Perichón, quien consideró que "en Santa Fe fue un éxito la estrategia lanzada hace algún tiempo de incluir coordinadores intrahospitalarios". Esa forma de trabajo permite al personal del Cudaio hacer un seguimiento personalizado de los ingresos a terapia intensiva de los hospitales Iturraspe y Cullen. Pero a nivel local no se implementa ese sistema por falta de presupuesto, apuntó Perichón.
Y López Candioti resumió: "Las carencias son infinitas y estamos haciendo las cosas como podemos y no como queremos".