"Recuerdo que el Pelado (el papá de Luciano) venía todos los años a pedirme el pase de Lucho, pero le decía siempre que no, que tenga pacienza porque tenía muchas condiciones y algún día iba a jugar en primera división". La frase fue disparada a modo de confesión por Jorge García, quien debe ser uno de los entrenadores que más conoce a Figueroa en todo Central. Y es que el Chiquilín tuvo a Lucho en varias divisiones. Aunque el delantero, quien se tiñó el pelo con los colores de Central después del triunfo ante Newell's, en aquel entonces era casi siempre suplente. Pero Luciano nunca bajó los brazos y esperó siempre su oportunidad para demostrar lo que era como jugador: un goleador de raza. -Jorge, ¿en qué división lo tuviste como jugador? -En todas las menores, es decir séptima, octava y novena. -Habrá sido difícil para él esa época, ya que prácticamente no jugaba porque tenía delante a Pallero y Celebroni, dos pibes que pintaban muy bien. -Claro, porque ahí jugaban esos dos que siempre terminaban saliendo goleadores del torneo. Pero ojo que Lucho también era goleador. Es más, jugaba menos que Celebroni y Pallero y la metía igual. -Lucho, ¿pensaste por entonces en tirar la toalla? -No, porque nunca se me cruza por la cabeza bajar los brazos. Si no puedo jugar, sigo trabajando hasta que se me presente una oportunidad. -Cuando estabas en las inferiores y no jugabas, ¿eras de putear por dentro al Chiquilín? -Como puteralo no, pero por ahí me daba mucha bronca. En más de una oportunidad, mientras calentaba, miraba de reojo el banco de suplentes para ver si me ponía. -Jorge, ¿Luciano es, después de Pizzi, el goleador más importante que salió en la última dédaca de las inferiores de Central? -Sí, no tengo duda que es así, más allá de que son dos jugadores muy distintos entre sí.
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