Emocionado y al borde de las lágrimas, el joven zaguero de Independiente Gabriel Milito dedicó el triunfo sobre Vélez Sarsfield 2-1 a su padre Jorge, que estuvo secuestrado casi un día entero, entre jueves y viernes últimos, y fue liberado previo pago efectivo de una suma no precisada todavía. El propio Gabriel fue quien encabezó las negociaciones que concluyeron con la libertad de su padre a las 7.30 del viernes, cuando fue dejado en una calle paralela de la zona sur de la autopista Buenos Aires-La Plata. Todo hacía presumir que Milito no estaría en condiciones deportivas y mucho menos anímicas para jugar frente a Vélez, pero el defensor confesó que su padre le pidió que lo hiciera. Milito no sólo cumplió con la petición, sino que una vez más se puso el equipo al hombro, fue una de las grandes figuras de un disputadísimo clásico en Liniers y, para su mayor felicidad, pudo lograr lo que dijo que le había prometido a su padre: la victoria de Independiente. Y frente a las narices de Jorge y su esposa, quienes presenciaron el partido en una de las plateas junto a amigos. "Le prometí a mi padre que íbamos a ganar y cumplí. Esto es algo muy lindo. Agradezco a todos los que me ayudaron en esta difícil y dramática situación, especialmente a todo el plantel de Independiente", expresó visiblemente emocionado. (DyN)
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