Como se merecía una ciudad tan futbolera como Rosario, esta vez el partido más esperado por sus habitantes fue un acontecimiento tranquilo que tuvo como protagonista casi exclusivo al fútbol. Contra los pronósticos más lúgubres, el operativo de seguridad implementado con 990 policías por la Unidad Regional II, que supervisó en persona su titular, el comisario mayor Jorge Pupulín, arrojó un saldo satisfactorio. Y esta valoración se impone hacerla más allá de que tras el encuentro entre leprosos y canallas haya sido detenido Andrés Pillín Bracamonte por infracción a la ley del deporte. El líder de la barra más representativa de Central fue demorado algunas horas en la comisaría 5ª y rápidamente recuperó la libertad.
Pero en cuanto al accionar de los barras propiamente dicho también debe apuntarse que esta vez el criterio de los encargados de cuidar el orden primó sobre la irracionalidad de los violentos. Tal es así que los Pillines llegaron al Coloso pasadas las 14.15 y tras esperar algunos minutos en las adyacencias del parque Independencia fueron requisados exhaustivamente cuando se aprestaban a ingresar a la popular visitante por la puerta 8. Todo se llevó a cabo con normalidad y los desmanes mayores que se produjeron en ese sector de las afueras del estadio apenas fueron las acostumbradas corridas por conseguir entrar rápidamente a la cancha. Estos atropellos motivaron que la policía montada, que custodiaba el acceso de los hinchas de Central, interviniera enseguida para reprender con palos y baritones y así logró devolver el clima sin violencia que gobernó la tarde.
Por su parte, las fuentes policiales informaron que entre los hechos que empañaron la tarde hubo 126 personas detenidas, entre ellas 12 menores, por infringir disposiciones de la vigente ley de deportes. En tanto tres sujetos, identificados por la policía como Gabriel Sotomano (24 años), Fernando Porcel (26) y Daniel Godoy (29), que transitaban a bordo de un Peugeot 404, fueron interceptados por un patrullero en Pellegrini al 3500 y se les secuestró un revólver calibre 32. Todos fueron derivados a la comisaría 6ª y según el informe los mismos portaban camisetas de Newell's.
En cuando a los accidentes menores que sacudieron el clásico en el mismo momento en que se estaba jugando, un hombre mayor de edad se cayó de la tribuna visitante cuando gritaba el gol de Luciano Figueroa y sufrió una lesión en uno de los hombros. El mismo fue trasladado al Hospital de Emergencias para su correspondiente curación.
Más allá de que el resultado final del partido alegró a algunos y entristeció a otros, la predisposición de los encargados de velar por la paz demostró que entre todos se puede asegurar que Rosario viva su fiesta futbolística en paz.
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La Ciudad
