Año CXXXV
 Nº 49.589
Rosario,
lunes  02 de
septiembre de 2002
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La táctica leprosa
Newell's tuvo amor propio pero nada de fútbol
Lo mejor fue el arranque, después nunca tuvo claridad

José M. Petunchi / La Capital

Julio Zamora la pensó bien y en el arranque sorprendió. Pero ese rato de buen fútbol de Newell's fue demasiado breve y al final terminó sucumbiendo ante el mejor funcionamiento de Central. Sólo le quedó la dignidad y el amor propio para buscar, con fuerza y empuje, cambiar una historia que se había escrito desde el fútbol de su rival.
Zamora paró una línea de tres en el fondo, la zona media con Vella, Ponzio y Domizi, Liendo y Manso más sueltos y Rosales y Sacripanti arriba. Justamente la presión en la salida y la posición de Liendo, flotando suelto por derecha delante de los volantes, fueron clave en el comienzo, cuando los rojinegros dispusieron de la pelota y dos situaciones muy claras.
Por entonces, los mediocampistas imponían su presencia y ganaban las pelotas divididas, pero los leprosos no aprovecharon uno de los pocos momentos favorables que tuvieron en el partido. Después Ñuls perdió el medio y en consecuencia el control de la pelota, y, para colmo de males, cuando la tenía la imprecisión era una constante. Con Manso en una tarde negra y Liendo sin gravitar, los delanteros quedaron aislados.
Entonces, Passet tuvo mucho trabajo con los remates desde afuera, ya que en defensa todavía asomaba sólido. Pero en la primera distracción pagó un precio alto. Vella y los centrales se durmieron y Figueroa facturó. Encima Liendo hizo otra vez una tontería en un clásico (ver aparte) y dejó al equipo con diez.
De ahí en más, se le hizo cuesta arriba a Ñuls, que buscó en el empuje de Ponzio y Domizi el juego que no tenía en Manso. De ese modo quedó peligrosamente expuesto a las contras, sobre todo cuando puso toda la carne en el asador con los ingresos de Lagorio, Marino y Rodas. Pudo empatar y extender la paternidad en el Coloso, pero estuvo muy lejos en el fútbol y en el rendimiento que venía mostrando.



La expulsión de Liendo fue gravitante en el juego.
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La salida de Manso estuvo bien, la de Sacripanti no
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