La última vez que Rodríguez Saá estuvo en la Redacción de La Capital, a mediados de junio pasado, hizo gala de su astucia, a tal punto que confesó que le gustaba jugar al truco sin cartas. Cuando se le recordó ese hecho, no sólo lo reafirmó sino que desafió a jugar una mano. "Vos das y yo soy mano". Los dedos simulan manipular un mazo de naipes imaginario, luego reparte tres cartas para cada uno. "Envido", miente el Adolfo. El contrincante pasa y le canta truco, a lo que el puntano acepta sin dudar. Luego de unas fintas, pone el as de espada de entrada y, sin dar la menor chance, sacude con el as de basto. "¡Ya está, te gané!", dice y no acepta las objeciones de su rival. Aun así le concede la revancha con una partida de pocker, pero esta vez, sin la suerte a su favor, cae derrotado.
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