Washington/Riad. - El presidente de Estados Unidos, George W. Bush, no necesita ninguna autorización especial del Congreso para atacar Irak, consideraron los consejeros en materia jurídica del mandatario. Los expertos creen que las resoluciones del Congreso de antes de la Guerra del Golfo de 1991 y tras los atentados del 11 de septiembre son suficientes. Aunque el portavoz de Bush, Ari Fleischer, aseguró que el presidente tiene intención de "consultar" al Congreso. Antes de la Guerra del Golfo, el Congreso sancionó en una resolución el empleo de violencia para la implementación de las decisiones del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas. Washington considera que hasta el momento Bagdad todavía no ha cumplido el requisito de destruir las armas de destrucción masiva ordenada por el organismo internacional. El 14 de septiembre de 2001 el Congreso aprobó medidas militares contra el terrorismo internacional. Y según el secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, hay miembros de Al Qaeda en Irak. Por su parte, la firme oposición de Arabia Saudita a un ataque norteamericano contra Irak, que exaspera a Washington, demuestra el temor ante la posibilidad de ver grandes transtornos en una región donde la situación ya es incierta, estimaban ayer analistas sauditas. Arabia Saudita, que había servido de base a las tropas norteamericanas durante la Guerra del Golfo en 1991, argumenta hasta el momento que nada justifica una nueva ofensiva contra el régimen de Saddam Hussein. "El reino piensa que invadir Irak y cambiar su régimen sólo conducirá a la implementación de un gobierno al estilo del de Hamid Karzai en Afganistán", estimó el analista Anwar Eshki. "Esto tendrá consecuencias peligrosas para el futuro y sembrará las semillas de nuevos conflictos en la región", sostuvo. (AFP y DPA)
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