"Como en el 91". Así coincidieron en comentar quienes escucharon el discurso que improvisó ayer el gobernador en la asunción de sus nuevos ministros. "El Lole nos dio otro impulso y renovó los ánimos", explicaron a la prensa los numerosos representantes del gobierno que asistieron a la ceremonia del Salón Blanco. Todos elogiaron la firmeza de Reutemann a la hora de encarar este recambio de nombres y coincidieron en que hacía tiempo que no escuchaban una descripción de la crisis actual tan clara y sólida. Tampoco dejaron de advertir una segunda lectura en su aparente elogio a todos: ex y flamantes funcionarios. Si bien les agradeció por igual, se esmeró en un enfático reconocimiento a Rébola y Parola, a quienes les pidió públicas disculpas, en nombre de todos los santafesinos, por las dificultades que debieron afrontar al frente de Educación y Salud, con escraches incluídos. Quienes conocen de cerca los gestos del Lole aseguran que hay que interpretar decepción en sus menciones a Mercier y Rossini. La parte más emotiva del discurso fue cuando anunció que le iba a a dedicar un párrafo al Lole. "Tuve que ver las luces del quirófano más veces de lo que imaginaba", se lamentó, y explicó que "por eso este no es el hombre que los santafesinos vieron recorrer todos los pueblos de la provincia o correr por la Costanera santafesina con 40 grados de calor". Pero inmediatamente cargó de energías a sus colaboradores al asegurar que a fin de año espera estar óptimo de salud para que todos vuelvan a ver al Lole que conocen. En definitiva, Reutemann hizo una apuesta a consolidar el trabajo de su actual gestión y se encargó de mostrar que su gobierno todavía tiene resto.
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