Convencido de que aún en el caso de que el país firme un nuevo acuerdo con el Fondo Monetario Internacional "tendremos un año muy difícil", Carlos Reutemann puso ayer en funciones a su nuevo elenco de colaboradores en acto cumplido en un atiborrado Salón Blanco de la Casa Gris, en Santa Fe.
Rompiendo algunas costumbres, el gobernador improvisó palabras luego de que juraran José María Candioti como ministro de Hacienda, Fernando Bondesío como titular de Salud, Daniel Germano como nuevo responsable de la cartera educativa y Ricardo Spinozzi como secretario general y técnico de la Gobernación.
Reutemann buscó destacar los momentos de extrema dificultad que atraviesa el país y para reforzar esas ideas no vaciló en exhibir gráficos y leer informes sobre determinadas situaciones que, por su contundencia, parecieron enfriar el caldeado salón al que asistieron las primeras figuras públicas de la provincia y del justicialismo, así como invitados especiales.
El mandatario se ocupó de aclarar que no tuvo ni tiene problemas personales con los ministros renunciantes, a todos los cuales les agradeció los esfuerzos realizados.
Reutemann se apoyaba en un bastón cuando ingresó al Salón Blanco acompañado por el elenco de los salientes y entrantes ministros, pero no tuvo problemas de permanecer de pie y luego formular declaraciones al periodismo en los más de sesenta minutos que permaneció en el lugar. Aunque se lo vio con gesto adusto, aclaró sentirse de buen ánimo y también que con las designaciones efectuadas estaban concluidos los cambios en el gabinete.
El titular del Ejecutivo recordó que en la campaña electoral de 1999 habló de los problemas económicos que afectaban entonces al país, de las dificultades que avizoraba, y que en ese momento fue muy criticado "por presentar un panorama que se pensó era excesivamente pesimista".
Sin embargo, manifestó, sus vaticinios fueron cumpliéndose especialmente después de que se produjo la debacle del gobierno de Fernando de la Rúa.
En otro momento, agradeció a los ministros renunciantes, Juan Carlos Mercier, Carlos Parola y Alejandro Rébola, y al ex secretario general Rossini por los servicios prestados, destacando sus virtudes personales y profesionales y el esfuerzo que realizaron. En lo que los observadores quisieron ver como una divisoria de aguas, pidió disculpas "en nombre del pueblo de Santa Fe" a Parola y Rébola por haber sufrido escraches durante sus gestiones.
Después de admitir que recibió críticas por haber designado a un ingeniero (Bondesío) al frente de Salud y a un contador (Germano) en la cartera educativa y en este sentido pidió "que los dejen andar y caminar un poco, creo que merecen el respeto y dejar que hagan su trabajo", Reutemann se reservó al final (con "Un mensaje para el Lole", como lo calificó) palabras para sí mismo, haciendo mención a las demasiadas veces que ha visto en los últimos meses los focos de los quirófanos, razón por la que no se lo ve corriendo por la costanera santafesina todas las tardes y también por la que no visitó los pueblos de la provincia como lo hiciera durante su primera gestión, anticipando que volverá a su vida normal en diciembre, tal como se lo prometieron los facultativos que lo asisten.
"Aire fresco"
El gobernador, concluido el acto, le dijo a los periodistas que los cambios que produjo significan "una bocanada de aire fresco", porque "todos estuvimos metidos en estos tres años en un fenomenal desgaste, tensión y dificultades".
Germano, ex ministro de Hacienda de Víctor Reviglio, tuvo que contestar una y otra vez qué le significaba haber sido partícipe de dicha gestión. "Esto va a ser para mí siempre un tema traumático", aceptó, aunque también se defendió sosteniendo que "fueron muy distintas las cifras de la provincia que yo recibí que las que dejé al retirarme". Y también que si lo habían llamado eso tenía que ser "porque he debido realizar una buena gestión".