Mauricio Tallone / Ovación
Aquellos que se jactan de saberla lunga, no dudan en sostener que para transitar con tranquilidad la antesala de un Newell's-Central hay que saber escribir y sobre todo manejar el pizarrón emotivo. Al menos eso se remarca desde el plano estrictamente teórico, cuando se desnudan las circunstancias que envuelven a un partido con tanta adrenalina. Y como también se suele afirmar que la personalidad de un jugador habitualmente determina conductas, puede considerarse que Hernán Castellano arribará al clásico del domingo empuñando ese plus inherente a la condición humana. Dichos en términos futbolísticos, el Rifle es un arquero para los clásicos. No estará atravesando su mejor momento, es cierto, pero en su foja de servicios se distingue un ítem facultado para agrandarse en las citas calientes. Precisamente allí, en ese escenario indomable para los débiles de cuerpo y alma, reside el gran patrimonio que tiene hoy para ofrecer el arquero de Central. A pesar de que sólo jugó un clásico de titular en su carrera y lo perdió por 2 a 0 en el Clausura 96, Newell's siempre fue una materia que Castellano aprobó con buenas notas a la hora de recibirse de enemigo número uno dentro del desafinado folclore del clásico rosarino. En ese jueguito de palabras y letras, al Rifle le fascina el traje de Sancho. Blindado para el que dirán, en su época de muchacho irreverente se regodeaba portando un micrófono para subirles la fiebre a los jugadores leprosos. Separada la cuestión que refuerza la idea de que Castellano está en su salsa por enfrentar a Newell's, cabe sumergirse en esta actualidad futbolística que no lo encuentra en su mejor nivel. Al menos eso se desprende de su rendimiento en estas cinco fechas del Apertura. Aunque suene paradójico, el primer rival a vencer que tendrá Castellano durante esta semana será su condición física. Desde la última jugada del partido ante Lanús por la segunda fecha de Apertura, el Rifle viene jugando con una molestia en la ingle que lo transformó en un arquero inseguro. Un modo de mensurar esta afirmación son los puntajes que acompañan estas líneas. En los cinco partidos del torneo las actuaciones de Castellano no sólo no traspasaron la línea de lo discreto, sino que el mismo protagonista declaró en más de una oportunidad que la lesión lo condiciona hasta cuando tiene que sacar desde el arco. Por eso en los últimos encuentros hasta llegó a volear de izquierda para no agravar su dolencia. Precisamente esta realidad agiliza el aguijón de la intriga sobre en qué condiciones llegará Castellano al partido que más quiere jugar. Explicaciones de lado, lo cierto es que el Rifle no llega al clásico al tope sus capacidades. Inconveniente que, a esta altura de la semana, será casi imposible que pueda subsanar. Por eso hasta ahora complicó jugadas que requerían de una respuesta simple. Por eso, como sucedió en el gol de Madrid ante Gimnasia, no se animó a salir en los centros que pusieron en riesgo su físico. Igualmente el domingo nadie duda de que Castellano estará a la altura de las circunstancias. Porque a pesar de todo, le juega a favor su mentalidad.
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