Año CXXXV
 Nº 49.583
Rosario,
martes  27 de
agosto de 2002
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Palpitando el clásico. Faltan cinco días
Newell's, la fortaleza
El equipo del Parque se defiende con gran eficacia

Sergio Faletto / Ovación

Vulnerar la fortaleza que Newell's edifica delante de su arco no es tarea sencilla. No es casualidad que en cinco partidos jugados sólo haya recibido tres goles, marca apenas superior a las menos vencidas que ostentan River y Vélez, conjuntos a los que le hicieron solo un tanto.
Los rojinegros implementan un dispositivo defensivo difícil de quebrar, que se construye con la participación de un arquero de experiencia (ver página 7), una línea de cuatro con dos zagueros sólidos y dos laterales con más marca que proyección permitida, y con un volante de contención que además de un admirable despliegue exhibe una implacable certeza para anticiparse a los movimientos rivales. Todos, en sintonía, conforman un esquema que representa la acción más redituable de la empresa futbolística que conduce Julio Zamora.
El funcionamiento de este sincronizado trabajo defensivo tiene nombres y apellidos. El eje sobre el cual gira la resistencia rojinegra se llama Fernando Crosa, un zaguero que también juega de líbero y que continúa descubriendo el amplio menú de cualidades que puede ofrecer.
El capitán ñulista marca bien, tiene velocidad para realizar los relevos de sus compañeros, habitualmente está bien ubicado y es muy raro que sea sorprendido, ejerce un efectivo juego aéreo en ambas áreas, y empezó a hacer sentir su voz de mando y también está intentando pasar eventualmente al ataque con pelota al pie, tal como lo ensayó frente a Independiente, que no terminó de frente al arco porque Marino se demoró en la devolución, por lo que debió terminar la jugada en un extremo originando un tiro de esquina a favor de su equipo.
A su lado actúa Cristián Grabinski, otro zaguero que mantiene una regularidad saludable para los planes de Newell's, porque es aguerrido en la marca, evidencia concentración y se complementa muy bien con Crosa. Partido tras partido transmite mayor confianza gracias a su crecimiento sostenido, disimulado a veces por su bajo perfil.
Como lateral derecho el Negro Zamora definió a Luciano Vella, quien luego de alternar en otra época como volante por ese sector retornó a su puesto natural, lo que le permite desempeñarse con seguridad, y más allá de su prestancia para pasar al ataque, respeta con gran disciplina las indicaciones que parten desde el banco, y es por eso que casi siempre descarga el balón en los volantes o cruza un centro para los delanteros.
En el otro extremo se afincó Edgardo Adinolfi, un uruguayo fiel a las características de los marcadores de punta orientales, firmes para confrontar, perseverantes para contener y oportunos para escalar posiciones en su afán de convertirse en una alternativa ofensiva. Si bien le pega fuerte a la pelota, raramente mostró certeza.
Ellos conforman una línea de cuatro muy difícil de sobrepasar, porque sus movimientos son sincronizados, porque físicamente tienen siempre el resto necesario para cubrir los espacios y, salvo contadas distracciones, mantienen un orden que los fortalece.
Newell's defiende muy bien, por eso Central tendrá que apelar a todas sus variantes ofensivas para quebrarlo.



Fernando Crosa se convirtió en la gran muralla rojinegra. (Foto: Alfredo Celoria)
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