"No me dio bronca, me causó mucha lástima. Y estoy seguro de que el gobernador (Carlos) Reutemann se agarró la cabeza cuando leyó las cosas que dijo". Con estas palabras, el presidente del Colegio de Médicos de Rosario, Eliseo Lembo, reaccionó ante las declaraciones del ministro de Salud de la provincia, Fernando Bondesío. Si bien el profesional aclaró que hablaba en carácter personal y no institucional, también recordó que el Colegio no mandó a ningún representante a la asunción del funcionario. "Cuando leímos esto, ni siquiera tuvimos ganas de ir", confesó. Sin embargo, no quiso cargar más las tintas y consideró que "habrá que darle tiempo para ver realmente qué rumbo toma. Si empieza así, como se refleja en sus declaraciones, creo que empieza mal", opinó. A Lembo le molestó mucho que Bondesío comparara la medicina de la época de su padre con la actual, y más que haya dicho que "esos eran médicos" (¿como si "estos" no?) y justificado su idoneidad en el hecho de haber sido hijo de un profesional de la salud: "¿Qué tiene que ver eso?", se preguntó, para manifestar su sospecha de que la virulencia de los dichos del flamante funcionario fue una respuesta al cuestionamiento de que esté al frente de la salud pública alguien que no tiene trayectoria sanitarista. "Y bueno, si a mí me ofrecen el Ministerio de Obras Públicas, yo lo rechazo porque creo que como médico voy a hacer barbaridades", reflexionó. En sintonía con el secretario de Salud de la Municipalidad, Miguel Angel Cappiello, el profesional negó que en los hospitales públicos haya ñoquis. "Si los hay en su ministerio, los habrá en las reparticiones centralizadas, pero no en la atención pública", dijo, y remató: "Si hay problemas en los hospitales no es porque los médicos no trabajen, sino porque faltan insumos y presupuesto".
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