Año CXXXV
 Nº 49.581
Rosario,
domingo  25 de
agosto de 2002
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Reutemann anticipó que habrá mayor presión fiscal sobre el agro
El gobierno santafesino prepara un incremento de impuestos
El inmobiliario rural y la patente automotor están en la mira. Candioti asume mañana por Mercier

Gabriel González y Jorge Sansó de la Madrid / La Capital

El gobierno de Carlos Reutemann estudia un aumento de los impuestos que recauda la provincia. El primer mandatario santafesino lo deslizó la semana pasada en un diálogo con la prensa y se estima que será uno de los primeros temas de la agenda que deberá resolver el nuevo ministro de Hacienda , José María Candioti, quien asumirá mañana. El sector agropecuario, con ingresos en dólares, será uno de los principales afectados por la presión fiscal, según anticipó el propio gobernador.
La masa de dinero que recauda Santa Fe comenzó a recuperarse durante los últimos tres meses, en sintonía con los ingresos nacionales. Pero en el acumulado de los siete primeros meses aún registra una caída del siete por ciento, si se lo mide a valores corrientes, o bien del 32 por ciento si se lo mide a valores constantes, o sea, tomando el impacto inflacionario.
Aunque aún no está al frente del Ministerio de Hacienda, Candioti ya mantuvo contactos con el equipo de Juan Carlos Mercier desde el jueves pasado, no bien renunciara a la presidencia del Nuevo Banco de Santa Fe tras conocer su nuevo destino. El mismo día y en un diálogo con la prensa que en principio pasó inadvertido, Reutemann anticipó la tarea que deberá afrontar la nueva gestión.
Con su particular estilo de comunicación, el Lole apeló a un par de ejemplos para preanunciar que se vienen aumentos sobre las alícuotas del impuesto inmobiliario rural y la patente automotor. "Vamos a tener que seguir la realidad", manifestó y anticipó que los aumentos podrán regir a partir del próximo año fiscal.
"Vamos a ser concretos y hablemos del impuesto inmobiliario rural. La provincia de Santa Fe es una productora líder de soja, leche y lo que ya conocemos. Entonces si hoy la soja cerró a 590 y antes pagaban un determinado impuesto inmobiliario cuando el peso estaba uno a uno con el dólar, obviamente tiene que haber un reacomodamiento con ese tributo", argumentó el gobernador.
Reutemann se anticipó a admitir que "va a venir un infierno de críticas" por el reacomodamiento de la alícuota pero advirtió que habrá que adecuarse a la realidad. En ese marco puso algunos números sobre la mesa: sobre una base de 54 millones de pesos que debería recaudar el Ejecutivo santafesino por el inmobiliario rural, sólo paga un 70 por ciento de los contribuyentes, o sea que ingresan menos de 38 millones. Como la mitad de esos recursos se coparticipa con los municipios y comunas, al fisco santafesino apenas le quedan unos 18 millones. "Esa plata es una gotita de agua contra los 221 millones que se lleva el presupuesto del Ministerio de Salud o los 800 y pico del de Educación. Si la soja vale hoy 590 pesos es de esperar que haya un ajuste y ya sé que se van a enojar los productores", redondeó el Lole, quien a la sazón explota un campo de su propiedad en la localidad de Llambí Campbell.
El gobernador también advirtió que deberá subir el impuesto a la patente automotor, porque "los autos hoy no valen lo mismo que cuando existía el uno a uno".

Un cambio de rumbo
El gobierno federal instrumentó nuevas contribuciones para paliar la abrupta caída de los ingresos fiscales a principios de año, en particular retenciones a las exportaciones de combustibles e hidrocarburos, pero esos recursos no se coparticipan con las provincias. Según cálculos privados, Santa Fe transferirá a la Nación unos 1.400 millones anuales por estos gravámenes, casi el doble de los 816 millones que recaudó durante el 2001.
Santa Fe está obligada a recortar un 60 por ciento del déficit del 2001 a partir del compromiso rubricado con el gobierno nacional para facilitar el postergado acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI). Además, por la tardanza en lograr ese arreglo está impedida de acceder a un crédito del Banco Mundial destinado a sanear las finanzas provinciales.
Con la presión de los trabajadores estatales para conseguir los 100 pesos otorgados al sector privado y la inflexibilidad a la baja del gasto de mano de obra dentro del Estado -por lejos la principal erogación- echar mano a un aumento de impuestos surge como un camino natural para zafar de la asfixia financiera.
Así el gobierno santafesino comenzará a dar marcha atrás en un camino que había empezado a recorrer en el 2000, cuando implementó una serie de beneficios fiscales destinados a generar inversiones y darle más competitividad a la producción. Sobre el filo del primer año de su primera gestión, Reutemann dispuso una eliminación progresiva de los aportes laborales (ley 5110) de las empresas y eximió de ingresos brutos, sellos y aportes patronales a los nuevos emprendimientos considerados como "estratégicos". También durante el primer lustro de la década del 90, durante el primer gobierno de Reutemann, la provincia había avanzado en la desgravación de ingresos brutos para los sectores de la industria.
Aunque en su momento el Lole se opuso a las retenciones que gravan con un 20 por ciento las exportaciones de granos, ahora le apuntará al sector agropecuario para tomar recursos extras. Es una decisión de pronóstico reservado, a la luz de los resultados que reportaron durante los últimos tres años los sucesivos impuestazos nacionales, pero el agro es una de las pocas islas que se salvó de la inundación en un país desbordado por la crisis.



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