Trece niños argentinos trabajan desde la Antártida con la Administración Nacional Aeronáutica y del Espacio (Nasa) de los Estados Unidos, en la recolección de datos meteorológicos y ambientales para el programa Globe. La tarea es realizada por niños de 6 a 17 años que estudian en la escuela Julio Argentino Roca de la Base Esperanza del Ejército, la única en el continente blanco que permite a sus miembros vivir allí con su familia mientras dura su misión militar. La educación de los chicos es complementada a través del Sistema de Educación a Distancia del Ejército (Seade). Además de ellos, otros chicos argentinos participan del programa Globe en distintos puntos de la Argentina continental, coordinados por una docente que distribuye los protocolos de los trabajos y entrena a los otros maestros. Pero más allá de la organización teórica de las tareas, en la Antártida, la secretaria administrativa de la Base Esperanza, Lucrecia Dardanelli, maneja el programa en el lugar, además de ser la responsable de la oficina telepostal, profesora de Informática y secretaria del Registro Civil, ya que en aquellos lares no hay más remedio que multiplicarse para atender varias tareas a la vez. Dardanelli explicó que el programa permite a los chicos "aprender a querer, respetar y desentrañar los misterios de la naturaleza. Sin duda el programa Globe es coherente con todas las actividades que realizamos en las bases antárticas, donde la protección del medio ambiente y la ciencia son nuestra tarea prioritaria. Globe es un programa internacional, práctico, de ciencia y educación ambiental ya que consiste en una red mundial de alumnos, de la que forman parte más de 80 países", dijo. En tanto, el teniente coronel Adolfo Irusta, jefe de Relaciones Institucionales del Comando Antártico del Ejército, agregó que "estos datos -enviados por los niños de 80 países- son usados por los científicos de todo el mundo para sus estudios del medio ambiente". El programa Globe fue iniciado en Argentina el 22 de abril de 1995, mediante un convenio bilateral con Estados Unidos, en el que se designó coordinadora nacional a la profesora Carmen Galloni. Pero recién casi dos años y medio después, el 18 de octubre de 1997, el programa llegó a la Antártida y así la escuela de la Base Esperanza pasó a ser la "escuela Globe" más austral de la tierra. Los chicos de 6 a 17 años analizan las nubes, la temperatura, la precipitación líquida o nívea, la profundidad de la nieve, la humedad relativa o la dirección y la velocidad del viento, en medio de un microclima muy especial donde las tormentas se arman y desarman en contados minutos. Las mediciones se realizan con instrumentos específicos como termómetros (temperatura), anemómetros (viento) o barómetros (presión), entre otros, y siempre a la misma hora: el mediodía solar local. El programa también permite a esos niños que están aislados en la base antártica, tomar contacto con sus pares de otras partes del mundo para intercambiar experiencias, datos y trabajos. Además, se conectan con quien lo pida mediante dos direcciones de correo electrónico: [email protected] o [email protected]. Desde 1952, grupos de argentinos que se renuevan año tras año para una nueva misión militar -y que son los únicos que pueden llevar a vivir con ellos a sus mujeres e hijos- soportan allí vientos de hasta 250 kilómetros por hora, temperaturas de hasta 35 grados bajo cero y sensaciones térmicas inimaginables. La base puede alojar hasta 90 personas durante el verano, mientras que en el invierno los habitantes se reducen a 40. (Télam)
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