Al cabo de once años desde que salió por última vez, el doctor Daniel Germano retornará pasado mañana a la Casa Gris: esta vez como ministro de Educación de la provincia. Su designación, resuelta en la media mañana de ayer, por el gobernador Carlos Reutemann se mantuvo en reserva hasta anoche. Un celo que la Casa Gris no guardó con las restantes innovaciones que imprimió, en las últimas 72 horas, al elenco de funcionarios que la habita y que se preparan para afrontar el último año de gestión de la segunda versión reutemista.
A primera hora, el actual ministro Alejandro Rébola ingresó al despacho del gobernador y bastante más de una hora después salió decidido a no retornar a actividad profesional de bioquímico, pero sí a regentear el campo de su padre. El socialista había sido removido de su cargo, algo que no dejó de sorprenderlo teniendo en cuenta de que le habían pedido la renuncia y tras haber escuchado durante todo el jueves especulaciones en torno a que se le buscaba un reemplazante. Rébola comprendió que la dimisión no le sería rechazada.
Pero, declaraciones al margen, también fue alcanzado por la onda sorpresiva de las movidas sin explicitación del gobernador, tal como lo evidenció su ánimo devastado al cabo del desenlace. "No sé por qué. Teníamos una planificación armada hasta fines de 2003 y quedan aún muchas cosas por hacer. El año pasado tuvimos 177 días de clase sobre 180 y en lo que va del actual no hubo un solo día sin actividad", se lamentó el hombre del partido de Héctor Cavallero.
De este modo, Reutemann terminó la vivisección de su gabinete, auscultando el pulso de cada uno de sus ministros. Esteban Borgonovo, atesoraba ayer una invitación de la Dirección de Ceremonial como un pasaje al alivio de la supervivencia que, esperaba, al menos durase hasta la hora consignada en el fax. En ella. invitan al ministro de Gobierno "a participar del acto de asunción de las nuevas autoridades del Poder Ejecutivo Provincial a realizarse el día lunes 26 de agosto, a las 10, en el Salón Blanco de la Casa de Gobierno". Pero Borgonovo no puede abrazar la tranquilidad, hasta entonces.
Luz verde a la transición
Las presencia de la ministra de Trabajo de la Nación, de visita en el Palacio Gubernamental (ver sección Economía), resultó un buen disimulo para otra jornada de nerviosismos en el primer piso de las decisiones. Y alcanzó a esconder el inicio mismo de la transición. De modo tal que funcionarios salientes y entrantes pudieron trabajar a los largo de la jornada casi sin ser molestados.
De todos modos el designado ministro de Hacienda, José María Candioti, había descolocado a la prensa no bien arribó a primera hora para reunirse con su antecesor y viejo conocido suyo, Juan Carlos Mercier. Ambos se enfrascaron en una prolongada y hermética jornada de trabajo.
Otro tanto harían, en el extremo del edificio donde están las oficinas de la Secretaría General de la Gobernación, Reynaldo Rossini y su sucesor, Ricardo Spinozzi. Bondesío se les había adelantado y para entonces ya llevaba 24 horas en la tarea de prepararse para la posta que le deja Carlos Parola en el Ministerio de Educación.
"No me envidien el lugar donde estoy sentado, preferiría estar en cualquier lugar sentado dándole de comer a las palomas. Es muy duro el momento que nos tocó vivir en la función pública, donde todo es negativo, donde está el malhumor, donde a la gente se le apropiaron los ahorros y tiene razón de estar enojada, la recesión, el desempleo, la inseguridad. Es el peor de los mundos", había descerrajado el Lole, enmarcando un cuadro pesimista.
Germano llega acompañado por el halo de haber sido el hombre que le arregló las cuentas de Víctor Reviglio en los últimos seis meses de la gestión que precedió a la era reutemista en el gobierno provincial. No fueron pocos los inconvenientes con los que lidió entonces en el lapso que fue desde lo más profundo de la hiperinflación a la convertibilidad. Esa experiencia, se presume, espera Reutemann que le sirva para el sesgo ajustador que, de ser necesario, deberá imprimirle en los próximos meses a su administración. La presencia de Bondesío en Salud confirma la tendencia.
"¿Cuánto tiempo habrá de pasar para que los sectores asalariados comiencen a reclamar aumentos de sueldos, exigidos por los efectos devastadores de la devaluación en sus bolsillos?", es una de las preguntas clave que se hacen en casi todas las áreas de gobierno.
El mundo que viene
Cuando llegue ese día, todos sabrán que los aumentos de recaudación, mínimos por cierto, que evidencia la devaluación no habrán de alcanzar para comenzar. Reutemann ya habla de aumentar algunos impuestos, mientras profundiza la trinchera para para resistir en "el peor de los mundos".
Con gabinete nuevo, el Lole tratará desde el lunes que su gestión transite por las coordenadas actuales sin que la crisis nacional se devore su perfil de administrador serio y confiable.
La Ciudad
