Decía Juan Bautista Alberdi que la riqueza de las naciones es obra de las naciones y no de sus gobiernos. Y que todo lo que la nación necesita de su gobierno para enriquecerse a sí misma es libertad, seguridad y tranquilidad. Sin seguridad, las organizaciones productivas, aquellas que a riesgo personal satisfacen distintas necesidades de la sociedad en donde se desarrollan, cambian su estrategia productiva de flujo (muchas transacciones con la menor inmovilización de recursos posibles) hacia una estrategia productiva de stocks (pocas transacciones con la mayor acumulación de recursos posible). Sin embargo, en las economías competitivas las ventajas se logran aumentando el flujo de ventas (rotación). La necesidad de disminuir stocks impulsa la innovación en logística, transporte y cooperación interempresaria; la necesidad de disminuir costos impulsa la innovación en los procesos productivos y la necesidad de aumentar el flujo de ventas impulsa la innovación en productos y servicios. Es decir, el desarrollo económico.
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