El clásico se disputaba ardorosamente en la cancha de 1º de Mayo, entre el local y El Torito. Las piedras arrojadas por los inadaptados locales ya eran parte del paisaje cuando el final era inminente y el empate en 3 goles parecía sellado. Pero cuando el encuentro se moría, hubo un claro penal a favor de los naranjas que el árbitro Luis Oliva pitó. Sin embargo, y ante el recrudecimiento de la agresión a cascotazos, el juez hizo la salomónica y terminó el partido. El técnico de El Torito, Ariel Cozzoni (foyo) no lo podía creer y se le fue encima al hombre de negro. Pero los insultos no lo conmovieron. Resultado final: 3 a 3 y suspensión de una semana para la Chancha.
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