El 15% de los docentes argentinos son pobres. La afirmación se desprende de una encuesta realizada en el 2000 por el Instituto Internacional de Planeamiento de la Educación (Iipe) de la Unesco. En ese momento los resultados arrojaron que el 8% de los docentes argentinos (maestros y profesores) vivían en hogares por debajo de la línea de pobreza. "Pero hoy, luego de la crisis de la convertibilidad, la cifra alcanza al 15% y se proyecta en crecimiento" estimó uno de los responsables de este estudio, Emilio Tenti Fanfani. El trabajo de investigación fue presentado el viernes pasado en un seminario organizado por la Maestría en Integración y Cooperación Internacional que dicta la Universidad Nacional de Rosario (UNR). El mismo analiza la situación social y la cultura de los docentes argentinos. Se realizó en escuelas públicas y privadas de todo el país. También la misma encuesta -puede leerse en www.iipe-buenosaires.org.ar- se aplicó en Perú, Uruguay y Brasil y se proyecta realizar en República Dominicana con la idea de comparar la situación de los educadores. Además de Tenti Fanfani coordinaron el estudio los investigadores Juan Carlos Tedesco, Néstor López y Marcelo Urresti. ¿Quiénes son los maestros argentinos? Fue la pregunta clave de la encuesta que mostró las condiciones de pobreza en que viven los maestros argentinos. "El resultado es tremendo si se piensa que aspiramos a que el docente sea un profesional calificado pero vemos que vive en condiciones de pobreza, donde sus ingresos que promedian los 300 pesos no alcanzan para satisfacer las necesidades básicas", advirtió Tenti Fanfani. El investigador también se preguntó, "¿con qué estado de ánimo puede trabajar este docente y con qué recursos puede emprender las necesarias prácticas que requiere cualquier profesión?". La imagen que tienen de sí mismos los maestros no difiere de la de muchos argentinos. Según Emilio Tenti Fanfani, "no solamente son pobres sino que ellos tienen la percepción que vienen cayendo en la estructura social". Sobre este punto "el 38% de los docentes aseguró estar peor que lo que estaban sus padres cuando ellos eran chicos, esto habla de la decadencia que viven", dijo el especialista. En su opinión, esto también acarrea una gran frustración, sobre todo porque cuando se los interrogó sobre cómo creen que será su futuro la primera minoría afirmó que será peor. "Llevan las utopías en sus espaldas y consideran que todo tiempo pasado fue mejor. Esta experiencia de la decadencia social está asociada sociológicamente con cierta posición reaccionaria frente a la vida, no es nada optimista", expresó. A su vez, el estudio del Iipe permitió distinguir que para el 50% de los docentes su salario representa el 70% del total del ingreso familiar. La situación de pobreza de los docentes se vincula con lo que este año lectivo ha sido el tema central del gremio de los maestros y de la agenda de los ministros de educación: el hambre de los alumnos. "Es lamentable, sobre todo si pensamos que en la década del 90 tuvimos, pese a todos los errores y contradicciones, un proceso de reforma educativa que proponía escolarizar a más chicos, mejorar la calidad de la educación y ahora estamos cumpliendo funciones de asistencialismo alimentario", consideró el educador de la Unesco. Igual, reconoció que si no se satisfacen estas necesidades básicas no hay lugar para las otras. A la hora de analizar resultados no es lo mismo hablar de maestros que de profesores. La cosa cambia y se comprueba con los datos de la encuesta. "Los profesores -dice Tenti Fanfani - en la Argentina no son lo mismo que los maestros, en los últimos la incidencia de la pobreza casi se duplica. Los profesores son menos pobres y provienen de hogares con mayor capital cultural". Esto es tan así que cuando se les preguntó cuál creían que debería ser su salario, los maestros se ubicaron debajo de los profesores. "Hay una jerarquía metida en la cabeza que diferencia entre profesores de secundario y maestros de primaria". Cuando se compara al docente argentino con el peruano, se advierte que el 52% de éstos últimos son pobres. En Uruguay la diferencia fundamental pasa por quienes trabajan en escuelas privadas y públicas. "Los privados provienen de hogares con mayores niveles de ingreso y ganan más. Esto es -explica Tenti Fanfani- porque la educación privada en el país oriental no es subsidiada por el Estado y es sólo para las clases altas". M.I.
| |