Los aumentos en los precios de la carne son sólo temporales y retrocederán a partir del mes próximo, a medida que se vaya retrayendo el consumo interno debido a la imposibilidad de afrontar los actuales costos. Así lo asegura un informe de la Cámara de la Industria y Comercio de Carnes y Derivados de la República Argentina (Ciccra) al cual accedió La Capital .
La entidad que agrupa a empresarios frigoríficos descarta que la suba de precios tenga que ver con el aumento de las exportaciones cárneas y lo adjudicó a la escasez de los novillos que se consumen en el mercado local, como resultado del aumento en el maíz, un insumo a precio dólar que se utiliza en el engorde de hacienda.
La hacienda tuvo una suba del 13,7% en el mercado de Liniers durante el mes de julio último, acumulando un 84% si se la compara con el mismo mes de 2001.
En los mostradores de las carnicerías y supermercados el producto registró incrementos de un 40% que impactaron en los bolsillos de los consumidores.
Los técnicos de Ciccra sostienen que el aumento que registró la carne durante el mes julio tendrá su tope en agosto y luego comenzará una curva descendente debido a que los altos precios en mostrador serán una limitante más sobre el ya alicaído consumo interno.
Durante el mes de julio, el precio de la hacienda vacuna en pie comercializada en Liniers creció permanentemente, pasando de 1,157 peso por kilo vivo en la última semana de junio a 1,705 a fin de julio. De esta forma, el precio promedio de la hacienda en pie se ubicó en 1,383 peso por kilo vivo en julio.
Un insumo a precio dólar
Las razones que explican esta suba -según señala Ciccra- es que con los valores alcanzados por el maíz tras la devaluación, el engorde a corral de los animales destinados a consumo interno se hizo económicamente inviable, por lo que puede estimarse que faltaron alrededor de 200 mil novillitos durante los meses de julio y agosto.
La hacienda que se destina al consumo interno tiene un peso promedio de unos 350 kilos, mientras que los novillos de exportación se ubican cerca de los 500 kilos. Aunque pueda haber cierto corrimiento improvisado en el destino de la hacienda, requiere de cierto tiempo reestructurar el perfil de la producción.
"El motivo del aumento temporal producido en el último mes es la falta de novillitos y no la incidencia de las exportaciones como se ha señalado, ya que éstas sólo podrán influir en los precios de la hacienda cuando las ventas al exterior superen las 350 mil toneladas por año", señaló un vocero de la entidad.
Por otra parte, el analista recordó que el consumo interno demanda un 85% de la hacienda faenada en el país, por lo que es ese sector el que establece el precio de los animales que se comercializan. "Dada la condición socioeconómica actual, suponemos que la demanda interna continuará retrayéndose ante la llegada de los precios al mostrador, por lo que estimamos una caída del precio en el corto plazo", agregó.
Otro de los datos en los que se apoya la hipótesis bajista es la suba de alrededor del 4,6% de la faena durante junio de 2002 y 9,3% con respecto al año pasado. Este incremento se explica por la reapertura de los mercados externos, ya que el consumo interno está acumulando una baja de 3,9%, ubicándose en 63,6 kilos por habitante. A modo de ejemplo: en la primera parte de 2001, un argentino consumía 66,1 kilos.
Estos indicadores también abonan la hipótesis de que el aumento del precio de la carne será temporal, ya que el consumo interno no podrá convalidar los precios actuales. "Si estos valores se mantuvieron durante los últimos 15 días es porque el supermercadismo -que paga los máximos en el mercado- trasladó totalmente el aumento de la hacienda a los precios de góndola, ya que utilizan la carne como un llamador que intentar reactivar las alicaídas ventas", indicaron desde Ciccra.
Los volúmenes de carnes comercializados a través de las cadenas de supermercados reflejaron importantes reducciones, alcanzado un 25,5% con respecto a 2001.
Al mostrador
Por otra parte, la entidad explicó que desde que en el primer semestre el precio al consumidor de la de carne vacuna acumuló un crecimiento de 36,5%, destacándose la suba de menudencias y achuras con 53,6%o, en gran parte por factores estacionales. También aclaran que en el período analizado el precio en pesos del kilogramo vivo subió 109%.
"Ahora, como el precio al consumidor sigue desde atrás al precio de la hacienda en pie, hay que tener presente la fuerte suba que se registró en Liniers a lo largo de julio, si bien el impacto sobre los índices de precios del mes se verá amortiguado por cuestiones estadísticas pero continuará en agosto", concluyeron.
La Ciudad
