Año CXXXV
 Nº 49.576
Rosario,
martes  20 de
agosto de 2002
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Escándalo en Santa Fe. Insólita versión sobre una conjura sureña
Diputados socialistas presentan una denuncia judicial sobre el caso Storni
Es un escrito en el que se fundamenta para que se investiguen a fondo las denuncias contra el prelado

Atilio Pravisani / La Capital

Santa Fe. - El escándalo provocado por las acusaciones contra el arzobispo de Santa Fe, monseñor Edgardo Gabriel Storni, que están transitando desde hace una semana por los intrincados vericuetos de la investigación judicial que fuera iniciada de oficio el lunes de la semana pasada, sumará desde esta mañana un nuevo aporte cuando a las 11 en el Juzgado 5 y ante el fiscal en turno, José Luis Paz, los integrantes del bloque de diputados del socialismo presentarán un escrito con los fundamentos para que se investigue exhaustivamente el hecho que viene conmocionando a los santafesinos.
Sin embargo, los legisladores Eduardo Di Pollina, Alfredo Cecchi y Aurora Baudin no se limitarán solamente a plantear la necesidad de que se esclarezcan hasta el final las denuncias por supuestos casos de corrupción y abuso sexual que aparecen en el libro "Nuestra Santa Madre", sino que pedirán también a la Justicia que se avance sobre otros elementos que se visualizan el libro de Olga Wornat y que tiene que ver con los aspectos político y económico.
De hecho, la presentación de los diputados socialistas incorporará un ingrediente más a la investigación judicial, pero al mismo tiempo supone la posibilidad de que comience también a recorrer los hoy más que nunca traumáticos caminos de la política vernácula. Es que en este ámbito monseñor Storni siempre fue un significativo factor de poder como para pensar en una interminable madeja montada de pactos secretos, acuerdos y concesiones Precisamente, ya no son pocos los que se mueven con una marcada inquietud ni tampoco los que a manera de autodefensa comienzan a imaginar que existe una suerte de conjura sureña contra el gobierno capitalino en la que se entremezclan factores políticos y económicos que hoy estarían aprovechando esta arremetida contra Storni.
Por lo pronto, la conjura ya fue denunciada por el cura párroco de Nuestra Señora del Carmen, Mario Silvestrini, quien no dudó en señalar a Carlos Reutemann como la figura contra quien en realidad quieren disparar los emisarios del averno, mientras en las charlas de café o corrillos, en los Tribunales, la Legislatura o la Casa Gris no hay quien ya no hable de la existencia de un juramento al más alto nivel para que en el 2003 el gobernador sea un hombre del sur provincial.
Mientras tanto, el Episcopado de Santa Fe sigue encerrado en el más absoluto silencio, sólo comparable al de 1994 cuando se supo de la investigación que estaba llevando a cabo el entonces obispo de Mendoza José María Arancibia en Paraná, en la residencia de monseñor Estanislao Karlic. Mientras, un manto de desorientación e incertidumbre corre entre la mayoría de los feligreses y, más aún, de los dirigentes laicos que están al frente de las organizaciones católicas.
Pero esta vez no se observó, hasta el momento, que se repitiera lo ocurrido en aquellos años cuando grupos de esas entidades se agolpaban en los pórticos de los templos capitalinos pidiendo firmas en apoyo al arzobispo perseguido. Esto es para muchos un indicativo de la necesidad de que la Iglesia como institución se encargue de dar una respuesta clara y contundente que comience a despejar las dudas a despecho de la investigación iniciada en el plano judicial.


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