Juan Pablo II se despidió de Cracovia ante una multitud

El Papa Juan Pablo II atacó ayer la falta de fe que se vive en la actualidad ante los dos millones y medio de personas que se congregaron para asistir a la misa oficiada a cielo abierto en Cracovia.
"El hombre vive como si Dios no existiese", dijo el Pontífice visiblemente conmovido en esta celebración eucarística, que ha constituido uno de los momentos más emocionantes de su visita de tres días a su Polonia natal.
El jefe de la Iglesia Católica, de 82 años, apareció algo más cansado y debilitado, pero estaba emocionado e incluso se enjuagó varias veces las lágrimas. Al final de la misa, los fieles entonaron la melodía preferida del Papa. "Esta melodía me acompañó hace 24 años al cónclave en Roma -señaló-. Sonó en mis oídos cuando escuché el veredicto del cónclave".
Con todos los fieles celebrándolo, el Sumo Pontífice se despidió con las siguientes palabras: "Hasta la vista. Pero eso está en manos de Dios".
A última hora de la tarde, el Juan Pablo II visitó la tumba de sus padres en el cementerio Rakowiki de Cracovia, un suceso muy emotivo que fue transmitido por la televisión polaca. Visiblemente agotado, no pudo salir del Papamóvil, por lo cual le fueron alcanzadas las velas, que encendió y que fueron luego depositadas en la tumba de sus padres y su joven fallecido hermano.
Previamente, durante la homilía, que en algunos momentos se asemejó a su legado, Juan Pablo II habló en reiteradas ocasiones del imperante "misterio del mal" y, refiriéndose a la biogenética, señaló: "El hombre reivindica el derecho del Creador, de entrometerse en el misterio de la vida humana. Quiere definir la vida humana a través de la manipulación genética y poner barreras a la muerte".
En su opinión, como consecuencia de la falta de fe aparece "el miedo al futuro, al sufrimiento, al vacío y a la destrucción". El Papa advirtió insistentemente de la "falsa ideología de la libertad" sin responsabilidad. (DPA)