Pedro Squillaci / La Capital
Su pasión es tocar la guitarra, en ensayos, en clase o en sus casas. Aunque cueste, aunque los acordes a veces no salgan. Ellos lo intentan, y tan mal no les va. Catorce chicos rosarinos de la Escuela Municipal de Música participarán del Tercer Encuentro de Niños y Jóvenes Guitarristas Compartiendo la Música, que se realizará en septiembre en Córdoba. Los créditos locales son estudiantes del Método Suzuki y tienen entre 6 y 9 años. Todos disfrutan este momento como nadie. Y ni pestañean si tienen que apagar la tele o suspender un videojuego para repasar una melodía una y otra vez.
"Si todos los chicos del mundo pueden expresarse en su lenguaje vernáculo con facilidad y fluidez, el secreto debe estar en la manera en que lo aprenden". Así pensó Shinichi Suzuki (1898-1998) al crear este método que bautizó con el nombre de "educación del talento".
"Los alumnos aprenden absorbiendo, imitando al docente. Esto les permite un gran desarrollo del oído, de la memoria y el uso del cuerpo", dijo a La Capital Silvia Castaños, la profe que pondrá a sus chicos en escena el 14 y 15 de septiembre en la Ciudad Universitaria de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC). Precisamente, la UNC y el Conservatorio Provincial de Música Alberto Ginastera son los que organizan este encuentro, que por primera vez lleva a los representantes de Rosario.
Los que van a mostrar su capacidad en tierra cordobesa son Julieta Demarchi (6), Leandro García Camacho (8), Gala Grilli (7); Camila (7), Lautaro (8) y Manú López (9), Lucio Martínez (8), Daniela Matassa (8), Laura Miyara (8), María Florencia Muro (8); Julieta (8) y Sabrina Strafaccio (6), Sebastián Zimmermann (8) y Julián Cicerchia (9).
La particularidad de estos noveles guitarristas es que sus instrumentos no son del todo convencionales, es más, son absolutamente revolucionarios. El método Suzuki se enseña a través de instrumentos que parecen de juguete, dado que sus medidas son pequeñas. Esto permite que el chico se adapte mejor a la guitarra (o el violín, según el caso), ya que se considera que el formato tradicional puede generar problemas de posición o contracturas que frustrarían el aprendizaje.
Julieta Demarchi y Sabrina Strafaccio son las nenas más chicas del grupo que sale de gira. "A mí me gusta tocar los temas más rápidos", dijo Julieta. "Y a mí el 11, 10 y el 5", acotó Sabrina, en relación a los números de los temas de estudio de Suzuki que se aprenden en las clases. Sabrina admite que muere por Bandana y Julieta prefiere usar las cuerdas de la guitarra para expresar lo que siente. "A ella le ayudó mucho tocar un instrumento porque le permitió sobrellevar su timidez", dijo Andrea, mamá de Julieta.
Leandro no le escapó al desafío de tocar un tema de los que integrarán el repertorio en Córdoba. Serio, se sentó en su banquito cortado a medida, puso su pie en el taquito de madera e interpretó casi sin fisuras. El resto del grupo lo escuchó atentamente y con un silencio que ni siquiera se rompió ante un pifie. "El respeto de los compañeros es algo que también se enseña", dijo Castaños.
Tras los aplausos de rigor, Fernando Strafaccio (44) contó cómo lleva la experiencia de tener dos hijas guitarristas, Julieta y Sabrina. "Al principio yo trataba de ayudarlas a ellas, pese a que no tengo oído ni para tocar el timbre. Pero ahora ya despegaron solas y da gusto escucharlas", dijo con una chochera evidente.
El viaje a Córdoba es un esfuerzo en todo sentido. Los padres venden pastelitos y tortas para pagarles el viaje a los chicos, mientras los pequeños se pasan horas sacándole el mejor sonido a sus instrumentos. Pero pocos piensan en mostrar qué hay de cierto en esto del talento cultural de los rosarinos. Después de todo siguen siendo chicos, y aunque toquen en un concierto importante en otra ciudad para ellos es sólo un juego más.
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Con la música a otra parte. Los chicos van a Córdoba. (Foto: Enrique Rodríguez) |  | Ampliar Foto |  | |
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