El clásico de Avellaneda mantendrá su pasión pero cambiará de geografía, ya que en el estadio de River el golpeado Racing actuará hoy como local frente al ambicioso Independiente, en el trascendental encuentro con el que concluirá la cuarta jornada del torneo Apertura.
Debido a que Racing no cuenta con el sistema de audio y video para controlar la seguridad en el Cilindro, el equipo de Osvaldo Ardiles debió resignar la localía al reprogramar la AFA el partido y trasladarlo al Monumental, un día más tarde de lo previsto.
El encuentro se jugará desde las 15.30 y será arbitrado por Héctor Baldassi.
Luego de muchas idas y vueltas, en las que hasta se llegó a especular con jugar en la cancha de Independiente (e invertir la condición de local con el cronograma del Clausura 2003), por recomendación del Comité de Seguridad Deportiva, la AFA decidió que el encuentro se dispute en Núñez.
Así, el viaje desde Avellaneda hasta el Monumental, seguramente compartido por diablos y académicos, resulta tentador para los que siempre están predispuestos para la violencia.
De eso tomaron nota las autoridades y dispusieron que sean 2.300 efectivos los que velen por la seguridad de la multitud que, tal como se espera, asistirá masivamente al lejano escenario.
En el plano futbolístico, Ardiles determinó dos cambios con relación al equipo que comenzó el compromiso ante Talleres (0-2), en Córdoba.
Pero la modificación más importante que tratará de concretar el Pitón es que sus flamantes dirigidos recuperen la actitud que parecieron perder en el Olímpico de Córdoba.
El uruguayo Fabián Pumar y Carlos Arano por Julio Marchant (sale por bajo rendimiento) y Gerardo Bedoya (expulsado) son las variantes que dispuso Ardiles, por las que volverá al sistema 3-3-2-2 marca Mostaza Merlo, con el que derrotó en el debut a Huracán.
Por el lado de Independiente, Gallego viene tan entusiasmado con el funcionamiento de su conjunto que repetirá los mismos once que presentó en las tres primeras fechas del torneo (Lucas Pusineri estará en el banco de suplentes).
Un defensor afilado para el gol como Federico Domínguez, más volantes con capacidad de definición, querrán desmentir una vez más la aparente falta de peso ofensivo de un ataque que tendrá como único habitante en posición inicial a Andrés Silvera.
Además, se dará el esperado duelo de los hermanos Milito: el albiceleste Diego se las verá con el rojo Gabriel, siempre y cuando el de Racing ataque desde el medio hacia la derecha.
Y desde los bancos, estarán frente a frente Ardiles y Gallego, dos entrenadores que como futbolistas debieron transpirar demasiado en el seleccionado argentino campeón del mundo en 1978, en un equipo diseñado casi exclusivamente para atacar.
En las estadísticas, Independiente pretende extender a tres los éxitos consecutivos como visitante frente a su eterno rival, y quedar a sólo un partido de la peor racha académica en ese rubro dentro de los clásicos: Racing perdió cuatro partidos seguidos entre 1981 y 1983, año en el que descendió a la vieja Primera B. (Télam)
| |
La Ciudad
