Año CXXXV
 Nº 49.574
Rosario,
domingo  18 de
agosto de 2002
Min 11º
Máx 20º
 
La Ciudad
La Región
Política
Economía
Opinión
El País
Sociedad
El Mundo
Policiales
Escenario
Ovación
Suplementos
Servicios
Archivo
La Empresa
Portada


Desarrollado por Soluciones Punto Com






Catamarca: Muros con historia
La Ruta del Adobe es una galería cultural y religiosa ubicada al oeste de la provincia

"El valor de la tradición", la idea distintiva que mejor resume el carácter de Catamarca. Pero es precisamente en el oeste de la provincia donde las raíces culturales son todavía más profundas, ya que esta región fue protagonista en gran medida de la colonización de nuestro país. Vale recordar la conquista y establecimiento de los españoles y la expansión económica que se registró durante el siglo XIX, a través del comercio con Chile por el paso de San Francisco y con Bolivia y Perú por el Camino del Inca. Este cruce de culturas generó un patrimonio histórico, arquitectónico y artístico de gran valor, que se puede apreciar en la Ruta del Adobe.
El corredor turístico y cultural tiene 55 kilómetros de extensión y sus cabeceras son las localidades de Tinogasta y Fiambalá, unidas por la ruta 45, que también sirve de paso internacional hacia Chile y es operable durante todo el año.
Inaugurada recientemente, la ruta muestra en sus poblados conjuntos arquitectónicos y obras aisladas que evidencian un estilo edilicio austero en sus materiales, pero noble en su concepción estética.
Las relaciones con el Alto Perú y el comercio con la región permitieron adornar estas obras principalmente con un carácter religioso, mediante una significativa cantidad de imágenes y pinturas traídas del norte del Virreinato, que en la actualidad pueden verse en capillas y oratorios familiares.

Inicio del camino
Si se comienza por la ciudad de Tinogasta es posible alojarse en una casa de fines del siglo XIX: Casagrande, transformada en posada y restaurante. Desde allí se puede contratar la excursión -bilingüe si se desea- o simplemente comenzar la visita por propios medios, ya que el corredor se encuentra convenientemente señalizado, tanto en la ruta como en cada uno de los poblados y edificios que lo integran.
La primera parada del circuito es en el poblado histórico de El Puesto, donde se observan casonas de adobe con una gran variedad de expresiones arquitectónicas, como los arcos ojivales. Además se puede visitar el oratorio de los Orquera, construido en 1745 y que aún se conserva intacto. Hoy está custodiado por descendientes de la familia que lo levantó hace mas de 250 años.
La Falda, un poco más adelante en el camino, contiene los vestigios edilicios de la capilla Nuestra Señora De Andacollo, próxima a restaurarse. Fue construida en 1833 y es un exponente academicista de la arquitectura de adobe.
Hacia la derecha de la ruta 45, apenas saliendo de La Falda, se encuentra Anillaco, complejo residencial y religioso construido por Juan Gregorio Bazán de Pedraza entre 1712 y 1714. En la iglesia ofrecida a Nuestra Señora de Anillaco, la más antigua de Catamarca, se puede admirar el retablo de adobe recientemente restaurado, considerado una de las joyas del arte popular religioso.
Por su parte, en el ingreso a Fiambalá ostenta su silueta la iglesia de San Pedro, también monumento histórico nacional. La imagen de San Pedro "caminador" que alberga la capilla fue traída de Bolivia por el capitán español Domingo Carrizo, enterrado en este lugar. Erigida en 1770, según consta en el dintel de la puerta de entrada, el sitio encierra además una singular muestra de pinturas religiosas de origen cuzqueño.
En Fiambalá también se puede visitar el Museo del Hombre y hacer escala en las relajantes aguas termales, cuyas propiedades curativas atraen a personas de todas las edades.
Estos ejemplos aislados de arquitectura construida en adobe estaban integrados a otras construcciones tales como poblados, conjuntos religiosos, residenciales, militares o urbanos, elaborados con las mismas tecnologías y materiales. La propuesta del adobe catamarqueño está lejos de la aventura y del vértigo, pero es un paseo donde las agujas del reloj giran hacia la izquierda y depositan al visitante en otros tiempos, donde las construcciones estaban a la medida del hombre.



La capilla de San Pedro, en Fiambalá, es un monumento.
Ampliar Foto
Notas relacionadas
Datos útiles
Imperdibles
Diario La Capital todos los derechos reservados