La Municipalidad buscará que los consorcios de los edificios céntricos compren contenedores de basura. Existe una prueba piloto en 40 consorcios, pero la idea es incorporar al sistema a los que están comprendidos en la zona de Oroño, Pellegrini y el río. En principio, será en forma gradual y voluntaria para después hacerla obligatoria. Esta modalidad requiere de un servicio de recolección diferenciado que ya se aplica en algunos sectores. "Se trata de un esfuerzo compartido entre los vecinos y el municipio para encontrar soluciones al problema de la basura en el centro", indicó el secretario de Servicios Públicos, Miguel Lifschitz. Cada recipiente cuesta unos 200 pesos.
La idea también es colocar contenedores en las calles dentro de ese radio y empezar por Montevideo y Balcarce y sus laterales. Claro que primero habrá que acordar con la concesionaria de la recolección del sector, Cliba. La deuda que tiene el Estado con las dos empresas encargadas del servicio (la otra es Lime) asciende a 4,4 millones de pesos.
En pos de mejorar el estado de suciedad del centro de Rosario, en especial por el accionar de los cirujas y la dejadez de la gente de sacar la basura a cualquier horario, el municipio ha encarado una serie de iniciativas para revertir la situación.
Y le apuntó al sistema de contenedores, algo que ya funciona en el macrocentro. Empezó instalando 45 en edificios del centro, más chicos de los que se ven en las calles, y con una recolección especial y en distinto horario.
Son contenedores con capacidad para 220 litros, con tapa, ruedas y manijas para ser transportados. Se los ubica en algún lugar del edificio y los residuos son recolectados a la hora pautada.
Según Lifschitz, esta prueba funciona "muy bien", y por eso quiere extenderla al resto de los edificios de la zona, unos dos mil en total. Para ello, los consorcios deberán adquirir un contenedor o dos, según la cantidad de departamentos, para depositar en uno la basura normal y en otro los residuos reciclables.
El objetivo es incorporar hasta fin de año a la mayoría de las unidades de viviendas. "Por ahora se hará en forma voluntaria y gradual, para después volverla obligatoria", resaltó el secretario, para abundar: "Queremos que sea un esfuerzo compartido entre los vecinos (que tendrán que comprar el contenedor) y el municipio (deberá hacerse cargo del servicio diferencial)".
Esto será consensuado con los administradores de los inmuebles y ayer ya se hizo una reunión entre los representantes del sector y funcionarios municipales.
También en las calles
A la medida se la quiere combinar con la incorporación de nuevos contenedores en las calles, desde los bulevares al microcentro. Para ello, el municipio deberá acordar con Cliba, a quien le adeuda unos 2,3 millones de pesos.
Un técnico de la firma recordó que su empresa, en carácter de asesora en materia de higiene urbana de la ciudad, había recomendado no utilizar este sistema en el centro. Y dicen que es una iniciativa del propio titular de Servicios Públicos.
La expansión del sistema de contenedores se paró en febrero pasado debido al aumento en los costos de los insumos. No obstante, la obligación de las empresas es cubrir la mitad de las calles asfaltadas antes del segundo mes del 2007.
Hasta ahora, Cliba ya ubicó unos 450 recipientes móviles en total. Están en los sectores comprendidos por Córdoba, Francia, Rivadavia y Oroño, y por Brown, Oroño, Wheelwright y Presidente Roca. Además, están colocados por Ovidio Lagos desde Rosario Norte hasta Pellegrini, y en los barrios de Parquefield y Rucci.
Ambas empresas han colocado contenedores frente a edificios públicos.
Lime lleva instalados 200 unidades. Están entre Moreno, Pellegrini, San Martín y Cerrito, y en tres barrios Fonavi. Un alto ejecutivo de la firma adelantó a La Capital que para fin de mes se piensa completar el sistema hasta 27 de febrero.
La Ciudad
