Javier Parenti / La Capital
Estamos ahí y sin jugar bien, imaginate cuando el equipo logre consolidarse", se entusiasmó un hincha rojinegro. "No nos hace falta marcar cinco goles para ganar, con hacer uno más que nuestro rival nos alcanza", concluyó otro en clara alusión al rival de toda la vida. "Esperá que Manso se encienda del todo y que los delanteros la empiecen a embocar, no nos va a parar nadie", se ilusionó un tercero en el sur del Gran Buenos Aires. La victoria ante Arsenal entusiasmó a los hinchas y es bueno que así sea. Pero deben tener claro que aún el equipo debe mejorar. No le sobró nada en ningún partido. Es más le alcanzó justo en los tres: en el empate con River en el Monumental, en el agónico triunfo en casa ante Huracán y en el obligado frente a Arsenal, con la ayuda de jugar con un hombre más. Es bueno que la ilusión tome cuerpo. Es necesario también que todos sepan dónde están parados. Newell's va de menor a mayor en su producción en el Apertura y ese sí es un buen síntoma. "De a poquito vamos mejorando en el juego ofensivo y defensivamente estamos bastante bien" sostiene Julio Zamora. Y tiene razón. La apuesta del domingo fue arriesgar más ofensivamente pero sin desprotegerse. Le dio pista a Marino para que ayude a Manso de arranque y mantuvo dos puntas, aunque no liberó la línea de cuatro tradicional y la reforzó con Domizi adelante de ellos. Y en la parte final arriesgó más con Liendo, pero no rompió la defensa y lo tiró al Pájaro al lateral derecho. En el primer tiempo Newell's arrancó bien pero no tuvo poder ofensivo, dependiendo en demasía de las pelotas paradas para el repetido cabezazo de Fernando Crosa. Un importante recurso porque por esa vía Newell's exigió en varias oportunidades a Arsenal, pero que no debe convertirse en la principal arma leprosa. Y se nota que el Negro lo sabe y por eso buscó más juego con el ingreso de Marino. Se encontraron sólo un par de veces y fue positivo. Manso mostró sus primeros números de magia pero no los principales trucos. Su error ante Arsenal fue no evitar que le pegaran tanto, y para eso debe hacer una gambeta menos. Dos pasa, pero a la tercera cae. Y Marino entró nervioso pero se fue soltando y justificó su inclusión. No sólo por haber marcado el gol del empate. Sino porque respondió en las dos funciones que le pidió el técnico. En el primer tiempo por derecha, en el segundo por izquierda. Pero el mejor Newell's apareció en la parte final, aunque se vio obligado primero por la necesidad de empatar, y al lograrlo, porque la expulsión de un jugador de Arsenal y el retroceso de los de Burruchaga le facilitó la tarea. El domingo llegará Talleres al Coloso y los hinchas sueñan con seguir la racha. Pueden y deben hacerlo, mientras los jugadores y Zamora deberán seguir buscando la consolidación futbolística para que los resultados positivos de este torneo tengan un mayor sustento.
| |