Bogotá. - El flamante presidente colombiano, Alvaro Uribe, nombró una nueva cúpula castrense integrada por oficiales de línea dura en la lucha contrainsurgente, en momentos en que crece la violencia de los rebeldes y paramilitares (ver aparte). Uribe cumple así sus promesas electorales de confrontar abiertamente con los insurgentes, línea también ratificada al día siguiente de asumir, cuando lanzó el programa nacional de informantes civiles, otro de sus compromisos de campaña.
Uribe, quien ha prometido mano fuerte contra los grupos armados ilegales, nombró como comandante de las Fuerzas Militares al general Jorge Mora y como jefe del Ejército al general Carlos Ospina, dos furibundos anticomunistas con fuertes nexos con academias militares de Estados Unidos, Chile y otros países. El mandatario ratificó al general Héctor Velasco como comandante de la Fuerza Aérea Colombiana (FAC) y al almirante Mauricio Soto al frente de la Armada, y designó al general Euclides Sánchez como jefe del estado mayor conjunto de las Fuerzas Militares, informó la ministra de Defensa, Martha Lucía Ramírez.
Velasco, Soto y Sánchez también son reconocidos por compartir la posición dura de Mora y Ospina ante los grupos insurgentes. Mora (57 años) se desempeñaba desde 1998 como comandante del Ejército y reemplaza en el cargo de máximo jefe militar colombiano al general Fernando Tapias, quien pasó a retiro por haber cumplido su tiempo de servicio.
Un crítico de Pastrana
Egresado del colegio de comando y estado mayor del Ejército estadounidense, que el año pasado lo incluyó en el "salón de la fama" de sus alumnos destacados, Mora se convirtió en un duro crítico del frustrado proceso de paz que el gobierno del ex presidente Andrés Pastrana celebró entre enero de 1999 y el 20 de febrero último con la guerrilla de las Farc.
Mora cuestionó el manejo que los rebeldes dieron a la zona de despeje, una región selvática y cocalera de 42.000 km2 del sur del país, escenario de las conversaciones de paz, señalando que la utilizaron para rearmarse, esconder a los secuestrados y traficar con cocaína.
El general Ospina también se ha destacado como un férreo crítico de los rebeldes de las Farc y el ELN, como inspector general de las Fuerzas Militares, jefe de operaciones especiales del Ejército y del servicio de inteligencia y comandante de la IV Brigada con sede en la ciudad de Medellín, la capital del conflictivo departamento de Antioquia. Uribe fue gobernador de Antioquia en la misma época en que Ospina fue comandante de la IV Brigada.
El nuevo jefe del Ejército fue instructor invitado en la Escuela de las Américas de Estados Unidos, realizó un curso avanzado de infantería en el fuerte Bening (Georgia) y fue alumno de la Universidad de Defensa de Washington.
Asimismo, fue profesor de tácticas militares en la academia de guerra del ejército chileno. Mora y Ospina han señalado que las fuerzas armadas seguirán combatiendo a fondo a los rebeldes y paramilitares, siguiendo las instrucciones de Uribe, quien también ha puesto énfasis en que los militares deben respetar en todo momento los derechos humanos y el Derecho Internacional Humanitario.
El mandatario también pretende duplicar, de 200.000 a 400.000 el número de efectivos de las fuerzas de seguridad y crear una red de un millón de informantes civiles que apoyen al ejército en la lucha contrainsurgente. Uribe, quien juró como presidente el miércoles pasado, también propuso entablar un diálogo de paz con los grupos armados, con la mediación de la ONU y sobre la base de una tregua. Las Farc rechazaron de plano esta posibilidad. (AFP)