Bagdad. - Aunque la guerra es el tema diario de conversación en Bagdad, el asunto clave no es si habrá o no una conflagración, sino cuándo atacará Washington a Irak y cómo lo hará. En las tiendas, los restaurantes y los cafés de Bagdad hay un tema ineludible de conversación: la guerra con EEUU. La mayoría de los iraquíes está convencida que el presidente estadounidense, George W. Bush, lanzará un ataque militar para cumplir su promesa de derrocar al presidente Saddam Hussein. "No somos tontos, ya estamos escuchando a la distancia el batir de los tambores de guerra", dijo Mohammad, dueño de una tienda de comestibles en la capital iraquí.
"Cuando el presidente de la única superpotencia del mundo dice que quiere hacer algo lo hará. Eso no quiere decir que vaya a conseguir lo que se propone, pero lo intentará", agregó. La sensación de que la guerra es inevitable aumentó en los últimos días, sobre todo después de que la ONU y Washington lanzaron un cubo de agua fría al gobierno de Bagdad al no aceptar dos propuestas de Irak.
La semana pasada, el gobierno de Saddam Hussein invitó al jefe de inspectores de armas de las Naciones Unidas a sostener "conversaciones técnicas" en la capital iraquí, pero la propuesta fue rechazada por el secretario general de la ONU, Kofi Annan, quien le dijo al gobierno que debía enviar una invitación formal. Otra invitación que hizo Irak fue al Congreso estadounidense para que enviara una delegación de legisladores a investigar los supuestos arsenales de armas de destrucción masiva, pero tampoco fue aceptada.
En apariencia, los iraquíes siguen viviendo sus vidas en forma normal: van a sus trabajos todos los días, festejan sus asuntos familiares, van la cine y comen o cenan fuera. Al parecer no hay pánico, pero en el fondo, todos están ansiosos. "La gente está convencida de que la guerra está a la vuelta de la esquina y todos se están preparando para enfrentarla", dijo un empresario.
Disidencias en Europa
Los líderes de la Unión Europea concuerdan con Washington en el sentido de que los inspectores de armas de las Naciones Unidas deben ser admitidos de nuevo en Irak sin restricciones, pero no están de acuerdo en el castigo que se debe aplicar a Bagdad si no acepta a los expertos.
El canciller alemán, Gerhard Schroeder, ha tomado una postura total en contra de la guerra y ya ha anunciado que su país no participará en un eventual ataque. Mientras, crece la especulación acerca de que hará el primer ministro inglés, Tony Blair, quien le prometió en privado a Bush su apoyo incondicional para un eventual ataque militar, aunque en el seno de su gobierno existe ciertos reparos.
En Bagdad, los empresarios y comerciantes dicen que la venta de artículos de lujo, como automóviles y electrodomésticos, ha caído en semanas recientes, mientras que la venta de artículos de primera necesidad como alimentos, medicamentos, gas, agua y combustible, se ha disparado. "La gente está comenzando a aumentar sus provisiones y está dejando de gastar en lujos", dijo el dueño de una tienda de electrodomésticos.
Las autoridades iraquíes también parecen estar preparándose para la guerra. El gobierno está tomando medidas militares en secreto y algunos funcionarios han dicho que están tomando muy en serio las amenazas. (Reuters)