Típico final de película de Hollywood. La muchedumbre de pie aplaudiendo a los héroes, después de una larga secuencia encadenada de incertidumbre, drama, alivio y triunfo, donde los muchachitos que están para el cachetazo ponen lo mejor de sí para revertir una historia condenatoria. Ah! Y con un guiño final que sugiere nuevos episodios. Así se consumó el debut victorioso de Argentino sobre Talleres en el nuevo torneo de la B, con el puñado de protagonistas recibiendo el tributo a esa entrega que hizo trizas los pronósticos agoreros, sazonando a su vez con optimismo el futuro.
Llegaron al club hacía cinco días, apenas 15 horas antes se enteraron que podían salir a la cancha, casi ni se conocían y la lógica de que las cosas se verían complicadas quedó expuesta apenas Cáceres falló en la primera pelota de aire y el de apellido difícil, Scarnaienchi, ponía al trabajado Talleres ganancioso.
Quizás sólo Taffarel podía ser optimista, porque tenía el conocimiento que la mayoría en el Olaeta no poseía: la de los varios jugadores que trajo al club ni bien estampó la firma el domingo anterior. Vivo él, en vistas del poco tiempo disponible, fue sobre seguro y puso como condición la llegada de los que después de los 90 minutos le darían la razón.
Pocos sabían de ellos, pero el DT confiaba en la explosión de Pierani, en el buen manejo de Arce (pese al penal que erró al comienzo del complemento), en la seguridad de Cerioni (autor del empate con un cabezazo tras tiro libre de Ferreyra y gestor de aquella pena máxima) junto a Evangelista, y en la altura de uno más conocido para todos, el gigante Bullentini. También apostó por Cáceres en el arco, al que lo condenó el error inicial pero fue sobrio para sostener el triunfo.
A ellos se acoplaron otros de los que tenía poca referencia pero que entregaron la misma aplicación para no desordenarse e igual determinación para ir a buscar el empate primero y el triunfo después, y luego mantenerlo como sea.
A este casi improvisado Argentino le vino al final muy bien que Talleres lo despertara rápido. La necesidad lo hizo madurar de golpe y para ello apostó a la receta que tenían más a mano: el metro noventa y pico de Bullentini y su enorme experiencia para generar la falta que devino en el empate, para bajarle de cabeza la pelota justa a la impresionante volea de Pierani del segundo y ganar cada balón de aire en las dos áreas.
Talleres lo exigió, Argentino lo aguantó bien y aunque muchos lo daban por muerto, resultó que el The End, al menos el de ayer, lo encontró de parranda.
Síntesis
Argentino 2: Cáceres 5; Sciretta 5, Cerioni 7, Evangelista 6 y Villarreal 6; Raschetti Sánchez 5 (73' J. García), Ruffa 5, Arce 6 y S. Ferreyra 6; Bullentini 8 y Pierani 6 (82' Amaya). DT: Adrián Taffarel.
Talleres 1: A. Fernández; Campuzano, Donato, Billordo (30' Santillán 6) y Oviedo (57' S. González 5); Soria 5, Bonnassiolle 6, Mambrín 7 y Peralta 6; R. Pérez 6 (68' Agüero) y Scarnaienchi. DT: H. Pereyra.
Estadio: José Martín Olaeta.
Arbitro: Ricardo Sugliani.
Goles: 7' Scarnaienchi (T), 19' Cerioni (A) y 24' Pierani (A).
Incidencia: 55' Fernández (T) le detuvo un penal a Arce (A).
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La Ciudad
