El Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Tecnológicas (Conicet) intentará reactivar las obras en los viejos esqueletos de hormigón que pertenecen al Centro Regional de Investigación y Desarrollo (Cerider) y que están abandonados desde mediados de la década del 80. Así lo adelantó el titular del Conicet, Eduardo Charreau, quien aseguró: "Lo estamos gestionando y queremos que en las partidas para obras públicas del presupuesto del año que viene se incluya parte de las obras del Cerider. Pensando en un plan nacional de ciencia y técnica, estamos intentando aggiornar toda la infraestructura. Y eso incluye al Cerider de Rosario", abundó. Lo cierto es que detrás del Centro Universitario Rosario (CUR, conocido como la Siberia) hay cinco esqueletos de hormigón que fueron parte de un proyecto que la Nación lanzó a finales de la década del 70. Sólo uno de los edificios está terminado y allí funciona actualmente el Cerider, el resto de las obras quedaron paralizadas a mediados de la década del 80. La iniciativa inicial, que aún se sostiene, es que allí funcionen los seis institutos y los grupos de investigación que dependen del Centro Regional de Investigación y Desarrollo, que agrupan a unas 400 personas entre investigadores y personal de apoyo. La propuesta de terminar el proyecto está ahora en manos de Obras Públicas de la Nación, que evalúa el costo global de las obras. Claro que el Conicet viene reclamando desde hace tiempo la conclusión de este proyecto, que permitiría que el lugar se convierta en un polo científico y tecnológico.
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