El gobierno nacional confirmó ayer que enviará un proyecto de ley para que el impuesto a las naftas se convierta en un porcentaje del precio del combustibles y no en una suma fija como rige en la actualidad. De esta forma, el Poder Ejecutivo busca que cada aumento del precio de los combustibles arrastre el valor del Impuesto a la Transferencia de los Combustibles (ITC), cuya recaudación tiene una asignación específica. El objetivo que busca el gobierno es endilgarle exclusivamente a las petroleras la responsabilidad de los aumentos. La iniciativa no soluciona el problema de la alta incidencia de los gravámenes en el precio de los combustibles. Por el contrario, con este proyecto se hace más ostensible la presión sobre el bolsillo de los automovilistas que se verán obligados a bajar aún más el consumo. No obstante, fuentes parlamentarias adelantaron el rechazo a esta propuesta pues se trata de facultades que son exclusivas del Congreso, después de que fuera dado a conocer el proyecto de modificar la metodología de la base imponible. Economía se sumó a la defensa del aumento del ITC que se concretó ayer al asegurar que "está dentro del margen" que el Congreso le había delegado al Ejecutivo al sancionar la ley correspondiente. En rigor, el Ministerio de Economía resolvió anteayer aumentar 25 por ciento la alícuota del ITC, en todas las naftas, gasolinas, solventes, kerosene y GNC, con el objetivo declarado de "propender a la obtención del equilibrio fiscal, en el actual contexto de estrechez financiera del sector público". Justo el mismo día en que el propio ministerio informó que el déficit fiscal en julio volvió a marcar en rojo. Desde el sector empresario, el presidente de la Cámara de la Industria del Petróleo (CIP), Juan José Aranguren, replicó que "no es cuestión de buscar culpables ya que las empresas somos agentes de recaudación muy eficientes, por cierto, de un impuesto que grava al consumidor final de combustibles". Aranguren remarcó que "el gobierno decidió que los ciudadanos debían pagar un 25 por ciento más por ésto y las compañías petroleras trasladaron esa decisión del Ejecutivo al público ni un centavo más ni un centavo menos". Si se considera toda la carga fiscal que grava a las naftas, con el ajuste practicado, el 45 por ciento del precio por litro que se paga en la estación de servicio corresponde a impuestos y tasas.
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