El Tribunal Supremo israelí autorizó ayer al ejército de ese país a destruir casas de atacantes suicidas sin aviso previo, tras rechazar una apelación de 42 familias palestinas solicitando ser notificadas 48 horas antes de que sus viviendas van a ser demolidas. Según Radio Israel, los tres jueces del tribunal aceptaron el argumento del ejército israelí acerca de que las demoliciones son una "acción militar" en las que las vidas de los soldados podrían peligrar si se realizaba una advertencia previa. Sin embargo, los magistrados estipularon que cuando las vidas de los soldados no estén en peligro, se realice una audiencia a las familias afectadas. Además, en las zonas donde ésta sea difícil de realizar, el comandante local debería hacer todos los esfuerzos posibles para que la familia palestina afectada por la medida sea escuchada. La petición ante el Tribunal Supremo fue interpuesta por organizaciones defensoras de los derechos humanos. (DPA)
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