Bogotá. - Pocas horas antes de asumir el poder, el presidente electo de Colombia, Alvaro Uribe, se encomendó a Dios y pidió no esperar milagros para solucionar los problemas del país, al participar ayer en una misa celebrada en su natal ciudad de Medellín. "Le pido a Dios que me ayude para que el cuatrienio presidencial que empieza este miércoles sea útil para Colombia", dijo Uribe en la catedral de Medellín, adonde acudió acompañado por sus familiares y varios legisladores, empresarios, jefes militares y autoridades civiles del departamento de Antioquia. "También le pido al Señor que me guíe con sus luces y me conduzca hacia el camino del acierto", añadió el futuro mandatario. Pero Uribe señaló que "no debemos esperar milagros, sino trabajo, trabajo y más trabajo para sacar adelante a la patria", comentó el presidente electo. (AFP)
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