Bogotá. - Con un país envuelto en una profunda guerra, una pobreza alarmante y una concentración de la riqueza en pocas manos jamás vista, Andrés Pastrana traspasará hoy la primera magistratura de Colombia al presidente electo, Alvaro Uribe. Este político liberal, que llega con la bandera de tolerancia cero a la guerrilla, asumirá en medio de un incremento de los ataques de la guerrilla de las Farc y fuertes combates en distintas regiones del país. Uribe, un abogado de 50 años, tendrá el reto de impulsar una reforma política, detener la guerra interna que azota a este país de más de 40 millones de habitantes desde hace 38 años, y enfrentar una crítica situación económica y social. Ofensiva guerrilla. La arremetida de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (Farc) en las últimas horas acentuaba el ambiente de tensión al arribar las primeras delegaciones oficiales que asistirán a los actos de posesión de Uribe, en el Capitolio, sede del Legislativo, en pleno centro de Bogotá. La jornada de violencia se inició en la madrugada con la incursión de un numeroso grupo de las Farc al poblado de La Uribe (120 kilómetros al sur de Bogotá) -antiguo bastión del grupo rebelde-, y que dejaba, como saldo provisional hasta anoche, de al menos once insurgentes y un soldado muertos, según una autoridad militar. Las tropas del ejército, con apoyo de la fuerza aérea, combatían anoche con los insurgentes en zonas rurales de La Uribe, en el departamento de Meta, para retomar el control de la zona, de acuerdo con el comandante de la IV división del ejército, general Arcesio Barrero. En ese mismo departamento, en el área rural del municipio de Cubarral, al menos doce rebeldes de las Farc murieron ayer al explotar un automóvil con explosivos que presuntamente iban a utilizar para un atentado en la población, según el general Barrero. Ante la grave situación de orden público, las autoridades de algunos departamentos, como Meta y Arauca -fronterizo con Venezuela-, declararon un toque de queda que regirá hasta hoy. Mientras tanto unos 20.000 hombres del ejército y la policía mantenían ayer una estricta vigilancia en la capital, principalmente en las zonas aledañas al Capitolio. (AFP y DPA)
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