Año CXXXV
 Nº 49.563
Rosario,
miércoles  07 de
agosto de 2002
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Hubo pacientes hospitalizados y otros con tratamiento ambulatorio
Unas 20 personas enfermaron de triquinosis en la zona sur
Los infectados comieron salamines y chorizos colorados elaborados en forma clandestina

Pedro Squillaci / La Capital

Unas veinte personas se infectaron en los últimos días con triquinosis en Rosario, tras ingerir salamines y chorizos colorados que no tenían identificación ni controles bromatológicos. El Instituto del Alimento de la Municipalidad decomisó la mercadería de la fábrica donde se elaboraban los embutidos (Olegario Víctor Andrade 842) y tendría localizado el criadero clandestino, ubicado en las afueras de la ciudad. Muchos de los enfermos fueron hospitalizados, otros están con tratamientos ambulatorios, y no se descarta que haya más infectados.
El jefe de Auditoría del Instituto del Alimento, Roberto Llanes, confirmó ayer que "hay al menos 18 casos confirmados clínicamente", con la sintomatología típica de la triquinosis (ver aparte). El funcionario precisó este dato a La Capital en momentos en que estaba desarrollando la inspección en el domicilio del fabricante Enzo Martino, ubicado en Olegario Víctor Andrade 842. "Esta persona compró un cerdo en un lugar no habilitado para la faena, aparentemente para bajar los costos, pero tiene una alta cuota de responsabilidad", destacó Llanes.
El titular de la fábrica mostró en principio cierta reticencia para brindar información, pero finalmente accedió y se sometió a todos los controles. Hasta el momento se pudo saber que sólo le vendió unos 10 kilos de embutidos a una granja, pero no se conoce qué cantidad vendió de esa misma partida a otros locales.
Aparentemente, la totalidad de los afectados le habrían comprado los embutidos a un comerciante de un almacén ubicado en zona sur. "Yo le compré a la fábrica de Martino, como lo hago siempre. Y cuando algunos clientes me dijeron que tenían algunos síntomas, les avisé a todos los que me habían comprado salames para que se hicieran los análisis", dijo el almacenero, visiblemente preocupado.
Los salamines tenían el nombre del fabricante en algunas tiras de papel identificatorias del producto, pero en otras no, como suele verse habitualmente en muchos embutidos caseros.
Oscar Franco, un discapacitado de 33 años, fue internado el sábado pasado por consumir chorizo colorado en esta granja. El paciente deberá estar 24 horas más hospitalizado, ya que aún presenta signos de la enfermedad. "Comenzó con vómitos, diarrea, decaimiento y enrojecimiento en los ojos, pero está medianamente controlado", dijo su madre, María Muñoz.
El jefe de Infectología del Carrasco, Juan Carlos Terrazzino, dijo que el paciente fue atendido de inmediato porque llegó a tener "una alteración cardiológica" y "se quiso tomar todas las prevenciones posibles".
Desde el Hospital Roque Sáenz Peña confirmaron que, además de Franco, se atendió otro caso que está en tratamiento ambulatorio. "Es un adulto joven, al que se le suministraron antibióticos y ahora está en observación, pero en su domicilio", indicó la subdirectora del efector, María Cristina Schneider.
La jefa de Epidemiología de Salud Pública, Mónica Liborio, destacó que aproximadamente en 15 días tendrán los estudios definitivos de los infectados, pero por los síntomas presentados todo hace prever que se trata de triquinosis.
Llanes reiteró que "aún no está totalmente comprobado cuál es el criadero que faena clandestinamente y que fue el responsable directo de este caso". Sólo trascendió que se trata de una chacra ubicada fuera del área urbana de Rosario, por lo cual el gobierno provincial deberá realizar las investigaciones pertinentes.



Los embutidos son la gran vía de llegada de la triquinosis.
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