El Vaticano excomulgó ayer, dos semanas después de cumplirse el plazo para que se arrepintieran, a siete mujeres ordenadas sacerdote hace dos meses en Austria por un cismático arzobispo argentino, miembro de la Iglesia Católica Apostólica Carismática Jesús Rey.
El 10 de julio, la vaticana Congregación para la Doctrina de la Fe dio plazo hasta el 22 de ese mes para que las mujeres aceptasen la nulidad de la ordenación o en caso contrario recibirían una condena. Pero los preparativos del viaje del Papa Juan Pablo II a Canadá, México y Guatemala, retrasaron la resolución vaticana.
Finalmente, un decreto firmado ayer por el cardenal alemán Joseph Ratzinger, prefecto de la Congregación, puso término a la polémica. Las siete mujeres "no habían manifestado ninguna señal de arrepentimiento por los tres graves delitos" y fueron castigadas con la excomulgación, que sólo podrá ser levantada por el Papa en persona. La Congregación, ala doctrinaria y dura de la Iglesia, expresó el deseo de que las siete mujeres puedan "encontrar el camino de la conversión, sostenido por la gracia del Espíritu Santo".
La ordenación de estas mujeres -cuatro alemanas, dos austríacas y una norteamericana- tuvo lugar en un barco que recorría el río Danubio. El arzobispo argentino Rómulo Braschi, principal oficiante, les administró el sacerdocio con la asistencia de un obispo austríaco y un obispo checo, en presencia de 300 personas.
"Inválido y nulo"
El Vaticano considera la orden sacerdotal de las siete mujeres como una simulación de un sacramento y, por consecuencia, como "inválido y nulo". La Congregación por la Doctrina de la Fe calificó la ordenación como "ofensa grave a la unidad de la Iglesia".
La Iglesia Católica rechazó siempre ordenar a las sacerdotes mujeres, invocando que Jesús había elegido sólo hombres como apóstoles. Y ahora, las siete mujeres, una de ellas religiosa -la hermana Adelinde Theresia Roitinger-, son citadas expresamente en el decreto.
La excomunión es la pena más severa prevista por la Iglesia Católica. Según el código de derecho canónico, aquellos que resultan culpables de faltas extremadamente graves de la doctrina son excomulgados automáticamente. Pero las excomuniones son muy raras. La última conocida fue pronunciada en febrero por un obispo del Piamonte (noroeste), monseñor Pier Giorgio Bernardi, contra el sacerdote Franco Barbero, quien había casado a homosexuales.
Por otra parte, en Viena, una de las siete mujeres, Christine Mayr Lumetzberger, declaró ayer que la excomunión del Vaticano supone una discriminación contra las mujeres.
Pero esto no parece significar mucho para el Vaticano. Bajo la dirección de Ratzinger, quien desde su nombramiento en 1981 ha imprimido un carácter decisivo al pontificado actual, la Congregación para la Doctrina de la Fe ha seguido un curso marcadamente conservador. Por ello, el ex catedrático de Teología Dogmática y arzobispo de Munich recibe una y otra vez críticas de dentro y fuera de la Iglesia. (AFP)