Más de quinientos manifestantes ocuparon ayer la plaza Independencia de San Miguel de Tucumán, quemaron cubiertas frente a la Casa de Gobierno, arrojaron basura y protestaron ruidosamente en reclamo del pago de sueldos atrasados y de diversas reivindicaciones sectoriales, lo que generó en el microcentro un caos vehicular. La concentración unió en el mismo espacio físico a dos marchas distintas, la de los municipales y de empleados policiales. La principal movilización fue protagonizada por municipales de la capital, que insistieron en su exigencia al gobierno provincial de que intervenga el municipio que conduce Raúl Topa, el ex vicegobernador de Antonio Bussi pero actualmente enfrentado con el militar retirado. Es que la semana pasada, luego de idas y vueltas en la negociación entre el sindicato y el gobernador Julio Miranda, la Legislatura provincial descartó la intervención y separación de Topa, cuya debilidad se acrecienta en cada protesta. Los municipales decidirían hoy avanzar un paso más en el enfrentamiento por la deuda salarial de junio al 30 por ciento del personal (aunque el intendente debe desde mayo a las categorías más altas) y pasarían a ocupar distintos edificios públicos, según lo anunciaron sus dirigentes. El secretario general del gremio, Modesto Suárez, reiteró que la principal exigencia es "que se vaya Topa, y hasta lograr ese objetivo, las medidas de fuerza continuarán hasta las últimas consecuencias". El dirigente reconoció que sólo se movilizó una mínima expresión de los más de 7.000 empleados municipales, pero recalcó que "todas las reparticiones están de paro y muchos trabajadores permanecen en la retaguardia", utilizando un paralelismo militar. Suárez desafió a Topa a que ambos renuncien a los cargos que ocupan, como una forma de zanjar la disputa. En forma paralela a la marcha municipal, 200 manifestantes de la agrupación policial "Hombres y Mujeres de Azul" se concentraron frente a la Casa de Gobierno, a la espera de respuestas a un petitorio salarial y de condiciones laborales elevado por agentes y oficiales en actividad y retirados y del cual no lograron ninguna contestación. El líder del sindicato policial, comisario César Navarro, anticipó que podrían disponer un acuartelamiento o toma de alguna dependencia de la Policía si se mantiene cortado el diálogo con el gobierno.
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