La reestructuración del sector del seguro ya comenzó a dar señales inequívocas de estar en marcha. Después del corralito, la devaluación, la pesificación asimétrica, el aumento de precios y el incremento de la inseguridad, esta industria que ya pasó por cambios profundos en la última década, se encamina hacia un proceso que traerá mayor concentración y no pocas complicaciones para empresas y asegurados.
Ya comenzaron a acortarse los plazos de pago de las pólizas que en la mayoría de los casos se transformaron en mensuales, a desaparecer algunos productos y reforzarse otros, a multiplicarse los problemas de muchas compañías para hacerle frente al pago de los siniestros y a prepararse -en las empresas con mayor chance de subsistir- distintas estrategias para recuperar clientes y ganar nuevos.
Tanto las empresas como las autoridades de la Superintendencia de Seguros de la Nación admiten que el proceso de concentración será inevitable. En la plaza local hay algunos datos que dan cuenta de que es inminente.
Así lo señala el hecho de que en los últimos meses haya compañías que están recibiendo mayor cantidad de pedidos de pólizas cuando en otras está cayendo la cartera, mientras el mercado se muestra más bien deprimido.
"El primaje global está cayendo como consecuencia de la situación económica pero es cierto que los clientes están buscando empresas con mayor respaldo y confiabilidad. De allí que algunas firmas ven incrementadas las pólizas cuando el nivel de asegurados en el mercado está tendiendo a la baja", señala Claudio Ballerini, gerente de San Cristóbal.
En esta empresa, por ejemplo, vieron trepar al doble respecto del año pasado, los seguros de vida y retiro: "No quiere decir que la gente esté contratando más seguros de este tipo sino que ante la desconfianza que generó el corralito y la situación inestable que admitieron muchas empresas extranjeras del rubro, los clientes pasan a apostar a firmas de la zona con años de trayectoria", reconoce Ballerini.
En la misma línea opina Hugo Tallone, gerente general de La Segunda, quien comentó que en esa empresa "está subiendo el número de pólizas en algunos rubros", lo que interpretó también como una señal de que está empezando a darse el proceso de concentración".
Tallone también lo adjudica a que la gente "está empezando a tomar más conciencia de los riesgos de transitar con su auto en la calle por el tema de los robos, y lo mismo sucede con aquellos que transportan mercadería, especialmente alimentos". En La Segunda reconocen que se han reportado el doble de los robos que se registraban hace un año atrás.
"Para mucha gente, después de lo que pasó con el corralito, su auto es el único bien que tienen, entonces necesitan asegurarlo para no quedarse sin nada de nada", afirma el gerente. Cabe destacar que en Rosario el nivel de automóviles asegurados históricamente sigue siendo bajo ya que se calcula, según distintas fuentes, que entre el 40 y el 50% de los autos que circulan no tienen ningún tipo de cobertura.
Lo más barato
De todos modos, estas empresas admiten que se opta por productos que garanticen una cobertura mínima como consecuencia del incremento de costos de las pólizas, las que subieron en el mercado un promedio del 25%, aunque desde las empresa locales dicen que el incremento "debería haber sido mucho más".
Aluden que las firmas aseguradoras deben hacerle frente a costos cada día más altos en materia de pago de siniestros: "El costo de las reparaciones de autos creció. Hay muchos componentes importados cuyos precios se dispararon", coinciden fuentes del mercado, quienes agregan que "hay muchos jueces que dictan sentencias del primer mundo cuando estamos en un país totalmente empobrecido", criticando las sumas "astronómicas" que, dicen, se fijan en algunos siniestros.
Otros rubros también están recibiendo más pedidos de pólizas. Es el caso del seguro para agroquímicos. Desde Sancor Seguros reconocen que en los últimos meses notaron una suba en este segmento: "Este tipo de mercadería aumentó mucho su valor en dólares y por lo tanto se transforman en bienes apetecibles para los delincuentes, la gente pone el acento en asegurar estos productos teniendo en cuenta, además, que la inseguridad en el campo ha crecido", dice una fuente de la empresa.
Desde Sancor coinciden en que la concentración del mercado que se avecina es la responsable de que ciertas compañías incrementen su cartera en detrimento de otras: "La respuesta en las distintas empresas es dispar porque obedece a que los clientes pasan de una a otra y eso anticipa que no todas podrán subsistir a la debacle" y agregan: "El argentino no tiene cultura aseguradora y eso difícilmente se revierta en el medio de esta crisis".
A medida del cliente
La recesión, la devaluación, el aumento de los precios, generó que las empresas empiecen a tejer distintas estrategias para no perder clientes. Adolfo Bur, de La Caja, comenta que en esa compañía tienen "una diferenciación por precio de acuerdo a la motorización del vehículo", que les está dando buenos resultados. Esto es: las pólizas tienen diferentes valores de acuerdo a si el auto es naftero, a gas o diesel.
"Esto lo implementamos porque consideramos, por ejemplo, que el naftero está menos en la calle que el resto y por lo tanto los otros están más expuestos a sufrir distintos tipos de siniestros", relata Bur.
Si bien en La Caja "no tenemos un nivel alto de robos sino todo lo contario es cierto que las compañías de seguros sufren en muchos casos los denominados autorrobos, y esa tendencia está creciendo", dice el gerente, dando una muestra más de las consecuencias de la crisis.