El juez de Instrucción Eduardo Suárez Romero dictó el procesamiento y la prisión preventiva de Leopoldo Martín Pitito Martínez, un barrabrava de Rosario Central que disparó a quemarropa contra un cordón policial e hirió de gravedad al agente César Adrián Juárez al término de un clásico rosarino. El juez también abrió un sumario al jefe de la barrabrava canalla, Andrés Alejandro Pillín Bracamonte, y a dos de sus seguidores, quienes mintieron al declarar que no conocían a Martínez. La investigación policial y judicial demostró no sólo que se conocían sino que estaban juntos cuando se produjo el ataque. Martínez disparó con una pistola semiautomática calibre 6.35 contra los policías afectados al operativo de seguridad del partido que Newell's Old Boys y Rosario Central jugaron el 11 de noviembre del año pasado en el estadio del club rojinegro. Hizo cinco disparos, uno de los cuales perforó el abdomen del agente Juárez y obligó a que los médicos le extirparan el bazo. El juez lo procesó por lesiones gravísimas y atentado con armas a la autoridad, agravado porque lo hizo durante un espectáculo público. Si llegaran a sentenciarlo, podría ser condenado a una pena de prisión de más de 12 años. Claro que la resolución de Suárez Romero todavía no está firme porque la defensa de Martínez apeló y pidió una revisión del procesamiento. El juez también le dictó la prisión preventiva y embargó sus bienes por 10 mil pesos. Martínez estaba muy cerca de Pillín Bracamonte, a quien hace dos semanas balearon en las piernas en un incidente todavía no aclarado, y de otros dos sujetos sindicados como sus lugartenientes en la temible barrabrava canalla: Julio César Navarro y Juan Ramón Calabrés. Junto a ellos había otros seguidores de Bracamonte, que están enfrentados al sector en otros tiempos dominante pero hoy minoritario que lidera Juan Carlos Chapero Bustos. Los disparos se produjeron desde la tribuna popular sur poco después de que los jugadores de Central saludaran a los hinchas y arrojaran sus camisetas. Martínez estaba detrás de una bandera que identifica a los Pillines y desde allí apuntó contra el cordón policial donde estaba Juárez. Después salió corriendo y desapareció durante semanas, aunque ya desde los primeros días se sospechaba que podía haber sido el autor de los disparos. Cuando finalmente lo detuvieron, varios meses después, dio una versión inverosímil sobre cómo había sido el episodio: dijo que vio a un menor armado que pensaba disparar contra el grupo de los chaperos y que forcejeó con él para quitarle el arma. "El tiro se escapó", dijo. Pero se contradijo tanto que nadie le creyó y al final su declaración se le volvió en contra. La investigación judicial también complicó al propio Bracamonte, quien negó conocer a Pitito cuando todos los testigos afirman que estaban juntos. Lo mismo sucedió con Navarro y Calabrés, quienes ahora serán imputados de falso testimonio. Las pesquisas revelaron además que Martínez integra un sector de la barra que responde a Oscar Alberto Paquito Ferreyra, un barrabrava archiconocido con un prontuario que desborda antecedentes policiales y judiciales e incluye dos condenas, una por el incendio a la sede de Rosario Central, en febrero de 1994, y otra por la agresión al ex barrabrava y ex dirigente del RC 2000 y del club Marcelo Vitamina Barberis, de la que también participó Bracamonte. En este episodio, que ocurrió durante una asamblea, Barberis terminó con la nariz rota por un cabezazo. Ferreyra, que está en libertad condicional, es uno de los coroneles de Pillín y este dato también vinculó a Martínez con el jefe de la barrabrava.
| El certero tiro hirió al agente César Juárez en el abdomen. (Foto: Alfredo Celoria) | | Ampliar Foto | | | Notas
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