Bagdad. - Hace 12 años, el presidente Saddam Hussein envió sus tropas a Kuwait desatando la crisis que condujo a una guerra con una coalición internacional liderada por EEUU, severas sanciones económicas y al aislamiento internacional de Irak. Ahora se vuelve a hablar de guerra en Bagdad, mientras la nación del Golfo se prepara para una posible invasión de EEUU, que ha prometido derrocar al hombre que ha gobernado Irak con mano de hierro durante 23 años. "Nuestros ojos deben estar muy abiertos, nuestros corazones llenos de fe y nuestras manos firmes en las armas, y este ataque fracasará como previos intentos desesperados", dijo ayer Babel, periódico propiedad del hijo mayor de Hussein, Uday, en un editorial.
En vísperas del nuevo aniversario del 2 de agosto de 1990, los medios de prensa del Estado iraquí no mencionaron la invasión a Kuwait, reflejando un acuerdo alcanzado en marzo en una cumbre árabe en Beirut, para que pusiera fin a la guerra de propaganda con su pequeño vecino rico en petróleo.
El presidente estadounidense, George W. Bush, quien a inicios de este mes calificó a Irak como parte de un "eje del mal" dijo el mes pasado que su gobierno usaría todos los medios a su disposición para derrocar a Hussein.
Pero el mundo árabe ahora se opone unánimemente a cualquier ataque estadounidense, en un drástico contraste con la hostilidad general con que recibió la toma de Kuwait por Irak hace más de una década. Egipto, Siria y Arabia Saudita, que se encuentran entre los países árabes que se unieron en 1991 a la coalición liderada por EEUU, ahora critican el declarado objetivo de Washington de derrocar a Hussein. Incluso Kuwait ha dicho que no permitirá que su suelo sea usado para una invasión.
Jordania: sería un "tremendo error"
Pero Bush indicó ayer que permanecía inconmovible por los argumentos contra el uso de la fuerza en Irak, diciendo en una reunión con el rey Abdalá de Jordania que estaba decidido a revisar todas las opciones para derrocar a Hussein. Abdalá dijo al diario The Washington Post que sería un "tremendo error" que EEUU ignorara las advertencias de sus aliados contra una campaña militar para sacar del poder al presidente iraquí. "Le aseguraré a su majestad, como he hecho en el pasado, que estamos mirando todas las opciones, el uso de todos los instrumentos. El encontrará que no he cambiado de idea", le dijo Bush a la prensa al inicio de la reunión con el rey jordano, en la oficina oval. Abdalá dijo que confiaba en que Bush "entienda la situación general, y al final, la paz y la estabilidad en el Medio Oriente ha estado muy presente en su mente".
Medios de prensa iraquíes transpiraban ira contra la amenaza estadounidense. Babel y diarios gubernamentales resaltaron una reunión entre Hussein y el comandante de la fuerza aérea, general Hamed Shalah, quien "afirmó la disposición de los combatientes de la defensa aérea a enfrentar y castigar al agresor".
La prensa estadounidense indica que el gobierno de Bush discute varios planes de batalla, que van desde un ataque a gran escala desde tres países hasta operaciones más precisas para aislar a Hussein y neutralizar sus armas de exterminio masivo. El diario The Washington Post dijo que líderes civiles en la administración Bush buscan planes innovadores, como el uso de un número pequeño de tropas, mientras que los estrategas militares desean operaciones que emplearían fuerzas mucho mayores. (Reuters).