 |  | cartas ¿Qué va a cambiar?
 | Después del 30 de marzo, ¿usted cree que algo va a cambiar en nuestro país? ¿Usted cree que si se van todos, los que vengan podrán hacer algo más que los que están ahora? Y si viniera sangre nueva, no contaminada, ¿llegará a cambiar el estado en que están ahora las cosas? No, yo no creo que ello pase. Necesitamos que cambien las reglas, no los hombres. Necesitamos que cambiemos la forma de elegir a nuestros gobernantes, no por lista sábana sino por medio de mecanismos que nos permitan elegir realmente a quien nos represente. Necesitamos reducir el número de nuestros legisladores nacionales y provinciales. Y que quienes se postulen para esta función sean idóneos -descarto que sean honestos- y no necesiten asesores ni choferes, ni personal administrativo en exceso. Necesitamos que nuestra Legislatura provincial sea unicameral. Necesitamos derogar la figura del tercer senador -absurdo impuesto por el pacto de Olivos- y volver a nuestra sabia Constitución del 53, en la que se establecía que los senadores son los delegados de las provincias ante el Congreso nacional. Necesitamos establecer que quien haya estado en el poder -una vez concluido su mandato- no vuelva nunca más a él, salvo que sea en un cargo totalmente distinto. Necesitamos cambiar la forma de recaudación, volver a lo que fue en los inicios de nuestra República, donde las provincias eran los entes recaudadores de los impuestos que se generaban en sus distritos, y como en un consorcio, cada una de ellas aportaba para el mantenimiento de los gastos nacionales. De esta forma los gobernadores y demás funcionarios provinciales tendrían limitados sus gastos a lo que realmente recauden. Necesitamos reducir el número de nuestros concejales a no más de seis o siete, elegidos por distrito, no por lista sábana. Que su lugar de residencia sea dentro del área del distrito y que todos los meses, en un local de su distrito, rinda cuentas en una asamblea de vecinos de la gestión realizada en ese período. De esa forma se evitarán los costosos asesores y el representante será lo que realmente significa esta palabra. Finalmente, necesitamos entender que la crisis que estamos padeciendo es profunda. Que si no logramos superarla no sobreviviremos. Es necesario hacer un tremendo esfuerzo en conjunto y no creer que una sola persona podrá sacarnos de este peligroso momento que vivimos. Ingeniero Osvaldo Lo Cascio
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