Año CXXXV
 Nº 49.558
Rosario,
viernes  02 de
agosto de 2002
Min 4º
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Editorial
Obras con sentido común

En tiempos de crisis es posible descubrir el enorme valor de aquellas obras que fueron diseñadas precisamente para beneficio de toda la ciudadanía. Por cierto, no se trata de ninguna revelación sino de una verdad tan antigua como se intente revisar en la historia de la humanidad. Sin embargo, siempre conviene destacarlas, por cuanto pueden servir de orientación para quienes tienen la responsabilidad de elaborar políticas urbanas o de promoción social con el propósito de servir al bien común.
Nos referimos en este caso al Jardín de los Niños, ubicado en el corazón del parque Independencia, y a la Granja de la Infancia, de avenida Perón al 8100. Dejando de lado la polémica desatada por la desaparición del Jardín Zoológico, hay que señalar que ambas iniciativas se convirtieron en estas vacaciones de invierno en una alternativa exitosa, por donde pasaron decenas de miles de niños de la ciudad y de toda la región, junto a sus familiares.
Y es que en realidad, frente al tremendo deterioro de los ingresos sufrido por la población en el último semestre, estos dos lugares sirvieron para que las salidas de esparcimiento durante las vacaciones no quedasen postergadas, cumpliendo el simple sueño de los chicos de visitar al menos un lugar distinto al de su rutina. En muchos casos, los cumpleaños de los niños se celebraron allí, pudiendo disfrutar de la gran variedad de juegos al aire libre, con una mínima colaboración económica. Hechos que adquieren un valor irreemplazable para la unidad familiar y grupal.
Pero además, también vale destacar que se trata de una infraestructura que bien podría encontrarse en cualquier país del Primer Mundo, con lo cual de algún modo tira por la borda el viejo prejuicio de que determinadas iniciativas son irrealizables en nuestro país. De lo que se trata, tal como se ha señalado en esta columna, es de apelar siempre al concurso de aquellos profesionales que, con inteligencia e imaginación, puedan diseñar propuestas acordes con la capacidad presupuestaria del municipio. Y en este sentido otro ejemplo concreto para la ciudad ha sido el Mercado Retro, hoy transformado en un centro inevitable del circuito turístico urbano cada fin de semana.
Por ello se requiere hoy más que nunca preservar estos lugares en las mejores condiciones y persuadir a la ciudadanía para que tenga una actitud de mayor colaboración y cuidado hacia ellos. Por lo demás, resta esperar que en el futuro Rosario pueda contar con más iniciativas concretadas a partir del mismo criterio.


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